Locura y Muerte ....
En las clínicas mentales los peor son las monjas
más violentas que agujas hipodérmicas
que la fiebre y la locura
la monja es una energúmena quieta.
He recorrido hospitales mitigando la locura
Una locura que durante muchos años ayudó a mi
imaginación en mi poesía pero
que después se volvió amenazante
y puso en peligro mi vida
Ahora - sin ella - escribo estos
versos y no sé si he ganado o he perdido
No se si tú - lector - notarás este cambio
y lamentarás que mi verso
se halla vuelto reposado y tranquilo
Ojalá que natura de mí se haya
apiadado y no eches de menos
el fervor de otros días.
Siento esclofríos de tí,
hermana muerte
de verme en esta sala
mirando un cuadro de David
y súbitamente entrar en la vejez
sin ningún diente
y todas las arrugas
y los vientos negros
esparciendo mis cabellos
Yo te conozco hermana
se que eres una nube
de ojos yertos
que busca otra luz
hasta convertirse en una
Te conozco y sin embargo
encontrarte en la sala del David
frente a frente
fue un gran susto
hermana mia.
Intentas sonreir
y un soplo amargo asoma
quieres decir amor y dices lejos
ternura y aparecen dientes
cansancio y saltan los tendones
Alguien dentro del pecho erige soledades
clavos
engaños
fosos
Alguien
hermano de tu muerte
te arrebata te apresa te desquicia
y tú indefenso
estas cartas escribes
Si se quiere llegar a ser una buena víctima
es necesario saber de toda la dulzura
que entrelaza al verdugo con la muerte
de la paciencia con que afila su hacha
de la soledad que ilumina su vida
y de la de sus inocentes hijos
del esfuerzo que implica portar y levantar el arma
de la sangre que pringa sus pantalones
Todas esas consideraciones deben estar presentes
en el momento de recoger nuestro pelo sobre la nuca
poner en sus manos el pescuezo
Gracias Señor
por hacerme débil
loco
infantil
Gracias por estas cárceles
que me liberan
Por el dolor que conmigo empezó
y no cesa
Gracias por toda mi fragilidad tan flexible
Como tu arco
Señor Amor
Donde te fuiste hermana muerte
ayer sólo rondabas por mi cama
con tu pertrecho de ojos yertos
y nubes luminosas
Me tendías tu círculo
y de cerca me llamabas
como desesperada
Hoy el trasnocho en tu compañía
me ha dejado exhausto
qué más quieres si mi alma enamorada
te reclama