Cereté
La naturaleza también se hizo partícipe en el sepelio del poeta Raúl Gómez Jattin. Un fuerte aguacero acompañado de truenos y relámpagos, además de la multitud, lo acompañaron hasta su última morada en un funeral nocturno.
El féretro del bardo arribó a las 4.30 de la tarde desde la ciudad de Cartagena. Ante el ataúd, en el Centro Docente de Varones intervinieron el poeta Jorge Rhenals Ayala, el siquiatra José Luis Calume, quien fue su médico y su amigo, y Lena Reza García. Allí la Alcaldía dio a conocer un decreto de honor.
De la parroquia San Antonio de Padua, donde fue oficiada una misa, fue trasladado a las 6.30 hasta el cementerio.
Una vez en el campo santo, fueron leídos varios poemas de su autoría, entre ellos, El Dios que adora, De que te vas a acordar Isabel, Cielo y varios del libro "El esplendor de la mariposa". Los asistentes repetían cada uno de los poemas escritos en fotocopias repartidas previamente. La lectura la hizo Lena Reza.
Algunos llegaron a comentar que Raúl debía estar riéndose porque había hecho mojar a la gente y además porqué en Cereté nunca habían hecho un entierro en las horas de la noche.