
Cartagena - Colombia - Abril 15 de 1997
Durante concierto en Miami
Shakira demostró
que merece el éxito que tiene
Por MANUEL EDUARDO SOTO
Reuter
MIAMI
La cantante colombiana Shakira demostró
aquí que la enorme popularidad internacional que ha logrado
en apenas cinco años en el mundo del arte la merece con
creces.
En el primer concierto que ofreció
en Miami el domingo, la joven oriunda de Barranquilla actuó
con una soltura de una artista veterana ante más de 5.000
admiradores, en su gran mayoría muchachas, que pagaron
hasta 100 dólares por verla.
Aunque Shakira Isabel Mebarak Ripoll,
de 20 años recién cumplidos, goza de fama en su
nativa Colombia y en otros países latinoamericanos, especialmente
en Chile, donde ha estado dos veces en el Festival de Viña
del Mar, por estas latitudes no había hecho promoción
hasta hace un par de meses.
La graciosa estrella de la música
pop/rock vino a principios de año a presentar su álbum
'Pies descalzos', con el sello Sony, y conquistó a los
periodistas y al público con su simpatía, encanto
y espontaneidad.
Esas mismas virtudes las extendió
ahora al escenario del Centro de Convenciones James L. Knight,
donde fue la reina por cerca de 90 minutos y realizó una
actuación que dejó feliz a todo el mundo.

A pesar de que el púbhco tuvo
que esperar más de una hora para que saliera a escena Shakira,
no hubo quejas cuando apareció vistiendo un pantalón
de cuero negro y una blusa a rayas horizontales, cantando con
el quejido que la caracteriza.
Sus dramáticos movimientos
corporales (en un par de ocasiones llegó al suelo afirmándose
en el micrófono) y sus saltos por el escenario cautivaron
tanto a hombres como a mujeres e hicieron recordar a estrellas
como la canadiense Alanis Morisette, una de las principales figuras
del pop.
"Estoy aquí" y "Pies
descalzos" fueron cantados a coro por el público que
parecía conocerse al dedillo la letra de todas las canciones
que presentó en su concierto.
Aparte de cantar, Shakira sorprendió
a sus seguidores haciendo gala de su dominio de la armónica,
la que ejecutó con maestría en varias de las canciones,
mostrando una versatihdad que no se le conocía.
A pesar de que el jueves el empresario
del espectáculo, el periodista chileno Manolo Olalquiaga,
había informado oficialmente que se habían agotado
las boletas para el concierto la gente concurrió igual
la noche del domingo al teatro en procura de un milagro.
Pero algunos revendedores se aprovecharon
de eso para ofrecer boletos por hasta 100 dólares, el doble
del precio marcado, según comprobó Reuters.
Como al lado de la boletería
había policías vigilando que no se produjera esa
situación, el comercio ilícito se llevó a
cabo en el estacionamiento, lejos de la vista de los guardias.
Al concluir el concierto, Shakira,
que había llegado el mismo domingo a la ciudad, se fue
directamente a su hotel, dejando a sus admiradores y a los periodistas
sin poder conversar con ella.
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