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Esta página fue tomada de la revista ¡Que Qué! - Año 1 - No. 16 de 1999
 
Ampliación de la portada de la revista ¡Que Qué! - Año 1 - No. 16 de 1999
 
Con Shakira navegamos mar adentro de su corazón
POR: MYRIAN AMPARO RAMÍREZ

De una sentada es capaz de comerse diez chocolatinas, jamás ha manejado un peso, conoce el nombre de cada persona que le colaboró en su inicio y puede saltar de alegría por unas palabras alentadoras o simplemente estirarse en una playa durante tres días seguidos. Lo que nunca se había contado de la cantante.

Cogimos la carne y el hueso de la cantante colombiana con mayor proyección internacional. Rebuscamos en los recuerdos de quienes prácticamente la vieron bajar del avión procedente de Barranquilla, y nos encontramos con una memoria invaluable de esa chica cuando era "feliz e indocumentada". Cuando el éxito aún no la había tocado.

Lo único ebrio en su existencia es su azar quele hace pasar la vida a toda vela y no a toda pena, porque ella es de las que día tras día mata al demonio antes de que crezca.

Parece una definición rebuscada y ambigu; no es así; cuando se trata de una persona que, entre otras de sus características geneiales, no puede pensar en el futuro porque éste le viene demasiado pronto.

De hecho, a los 22 años, su destino, como el de muchos genios, es estar ausentes en todas partes.

¿Monstruos?, ¡claro que los tiene!. Los saca moribundos, moldeándolos en grotescas cabezas de arcilla que hace cuando bullen dentro de ella.

Deminos que transforma en letras freéticas cargadas de emociones que no se parecen en nada a la vida monacal y célibe que lleva.


Si a los once años había compuesto 28 canciones, es de imaginarse cómo había evolucionado, aquí, con quince años.

En el afiche promocional de Magia, se ve que aún es una niña. El tema que le da nombre lo compuso cuando tenía trece años.

Entonces ¿de dónde salen estas canciones?. Vaya uno a saber de que rincón extraño de su ser. Si es cierto aquello de las otras vidas y, como le dijera una astróloga, fue una poeta italiana; allí está su semilla del saber.

Procesos esenciales

Para saber un poco más de su génesis, dialogamos informalmente con personas cercanas a la barranquillera, con ánimo de encontrar aspectos desconocidos y anecdóticos de sus inicios.

Cuando aún no había cumplido quince años, llegó a Bogotá con tres mudas y un fólder de canciones bajo el brazo. Al año participó en Viña del Mar, ocupando un honroso tercer lugar, y grabó su disco Magia, que no tuvo mucha promoción.

 Lo más valioso que traía eran sus ganas de triunfar y un listado de periodistas; nombres que a la fecha no ha olvidado.

Retrocedamos siete años, que no son nada, y viajemos a su pequeño cuarto de una residencia estudiantil -con dos camas, un espejo en la mitad del closet, y su grabadora- donde vivía con Nydia Ripoll, su mamá, quien se vino de Barranquilla a acompañarla: mientras William Mebarak se quedó sosteniendo el hogar.

A simple vista parecía una muchacha normal, con su cabellera negra despeinada, pintas de calentana en Bogotá, respuestas infantiles, alegre, preocupada por dar una buena imagen, y siempre escribiendo algo, aunque nadie le creía el cuento de compositora.

Época en que contaba con dos mamás, Nydia y su jefe de prensa, María del Rosario Sánchez. "Nuestras juntas eran -dice María del Rosario- en la sala de las residencias. Ella siempre tenía claro a qué periodistas quería llegar; no hablaba de medios sino de personas. Al mismo tiempo teníamos conversaciones sobre la vida, la religión; jamás me sentí hablando con una niña de quince años".


A los 16 años con el tema Eres, de su autoría, nos representó en Viña del Mar. Ocupó un honroso tercer lugar.

Pies descalzos

Con pensamientos profundos, pero al fin y al cabo niña. Su capacidad de asombro aún no se ha perdido, y no es difícil imaginársela saltando de alegría por un triunfo, como aquella primera vez en que un taxista le pidió un autógrafo.

Y mientras para un mortal normalito cualquier forma de publicidad significa de por si una perturbación del equilibrio natural del hombre, para ella fue la reafirmación de su personalidad.

Dentro de su éxito hay una palabra que se deletrea: t-r-a-b-a-j-o. Laboriosamente conquistó cada medio y no tuvo inconveniente en montarse en un bus de servicio público para ir a visitar periodistas. "En una ocasión -dice María del Rosario- salimos de Cripotón y debimos caminar muchas cuadras para coger bus; Shakira no tuvo inconveniente en descalzarse y subirse al bus con los zapatos en la mano".

Algún día se cansó de que dijeran que vestía muy mal, y aceptó la sugerencia de su jefe de prensa de lucir los diseños de Hernán Zajar y Manuel Wolf para cada sesión fotográfica.

Su dimensión creativa se puede medir en diez minutos, tiempo que tardó en escribir una de las canciones de Pies descalzos, cuando supo que se encontraba justo en el 'ombligo' del mundo, en el Ecuador.

Pataletas y llantos

Su obsesión se puede medir en las veces en que se entra a la ducha con un cuaderno, porque este es el lugar que más la inspira; en las veces en que come bolsa tras bolsa de corozo o mango biche con sal y vinagre; o en las diez chocolatinas grandes que es capaz de comerse en menos de una hora; o en el litro de gaseosa que se tomaba a diario; o en su encanto infantil con que colecciona estampas de la Virgen.

Sus ojos vagabundos conocen cielos, noches, ensueños y saben de llanto; como el que tuvo durante un día completo en Bucaramanga cuando inició los conciertos de Pies descalzos y aún le retumba en la cabeza el estribillo del público: "Nos engañó, Shakira, nos engañó". Ese día, al filo de la madrugada, cuando debía presentarse, se fue la luz, el sonido falló y todo fue un fiasco.

Otros llanticos, menos importantes, han sido los que anteceden a una presentación y las cosas no funcionan. Pequeñas pataletas, como la ocasión en que se quedó dormida y era la invitada principal del reinado del Divi Divi en la Guajira. Salió al escenario sin medias, despeinada y sin maquillaje.

Un periodista la recuerda despistada para cumplir horarios, durante un viaje a Aruba. En aquella ocasión viajó un grupo de actores a la isla para una sesión especial de fotografía. Entre ellos Aura Cristina Geithner, Angie Cepeda y Geraldine Zivic.

Shakira jamás llegaba a tiempo a las citas, ni siquiera a las rumbas. Luego de muchos regaños, por parte de todos, decidieron adoptarla como la 'sardinita' del grupo. Cada uno le daba consejos por su cuenta.

De sus romances poco se ha dicho, pero se sintió un suspiro nacional cuando se supo de su rompimiento con Oswaldo Ríos. Tenaz que nuestra 'niña' cantante estuviera en unas manos tan mundanas, cuando apenas unos meses antes la visitaba su novio, en la sala de su casa, Gustavo Gordillo, y le llevaba un gran girasol.

Tan cándida es, que todos sus ex novios, algunos desconocidos, estuvieron el año pasado en el lanzamiento de su disco ¿Dónde están los ladrones?.

No es difícil imaginársela en el futuro escribiendo en un balcón, frente a la playa, con una larga cabellera despeinada, quizá pasada de kilos y comiendo cajadas de chocolates.

O, como le predijera una pitonisa, presidiendo a nivel mundial una asociación de artistas defensores de los niños de África.

Ella no romperá con facilidad los lazos que la atan con los hábitos; y si alguien escucha su música cercana al silencio, encontrará su corazón. Y se casarán de blanco en una playa.


Hoy, a los 22 años, tiene sus temas sonando en el mundo hispano y pronto en el anglosajón. Cabe preguntarse: ¿hasta dónde llegará?.

España fue empapelada con sus afiches promocionales.

Regreso
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