Por: María Cristina Ghisays Martínez
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Hoy tuve la fortuna de conocer al hombre que descubrió la fórmula matemática de la trenza del Sombrero Vueltiao, se trata del escritor cordobés Benjamín Puche Villadiego.
Con esta se consigue determinar el número de pares de fibra de la trenza, para establecer si un sombrero es de 15 , 18, 21 vueltas, el número de estas define la calidad del mismo.
2 (N más 1) más 1=X, es la fórmula de Bejamín Puche Villadiego, escritor cordobés, que explica:
Siendo la N el número de rombos entre los bordes de la trenza, y la X el número de pares de fibra de la trenza.
Este hombre de 83 años, con una vitalidad absoluta, tiene la potencia en su voz propia del arriero de ganado, la que contrasta con la suavidad de su mirada , cortesía del trato, y jocosidad de sus palabras, que lo hacen ver como a un literato, y lo dejan sentir como a un cordobés conocedor de las costumbres más arraigadas, al que crees conocer desde hace muchos años.
Cuando le pregunté ¿Por qué su interés por encontrar una fórmula matemática al sombrero?, no dudó en contestar que su interés era hacia todo lo originario de la tierra y cultura Zenú, tanto así que ha recopilado más de 600 refranes autóctonos de la región caribe y cordobesa, a los cuales acude cuando quiere ser más explícito, o hacer sonreir al quien lo escucha.
"La fórmula de la trenza la jallé en la oscuridad, apareció a la luz de una vela, en la planta eléctrica de Chinú, donde trabajaba como ingeniero civil en el año de 1967, lo celebré tomándome dos botellas de ron" expresa riéndose felíz, el hombre que ha encontrado más de 240 combinaciones de pintas en el sombrero.
Benjamín Puche, soportó que curioseara su sombrero, lo tomó de su cabeza y me explicó detalladamente que ese era uno "jaspeado" y era para un hombre enamorao, pues lo llevaba de medio lado, para que la pinta del ala, se mostrara acorde con la pinta de la copa la que debía coincidir armonicamente.
"El sombrero Vueltiao es un mensaje de amor" afirma, y es importante no por quien lo porte si no por las manos de quien lo trenza, Zenúes que desde que amamantan inician su relación estrecha con la fibra, la que luego pasa a ser su juguete, y posteriormente su sustento, la materia prima del artesano Zenú.
La conversación se volvió un relato de historias idas, era como un abuelo narrando su vida a toda prisa, reviviendo experiencias de su paso en 1939 cuando en Cartagena prestó en la Infantería de Marina el servicio militar, logrando no sólo la libreta sino alfabetizar a treinta de sus compañeros.
Estudió en 1945 en Medellín el bachillerato y veía como "los paisas" se casaban con cordobesas, entonces concluyó: "Esos matrimonios entre paisas y costeñas, son debido a la Reforma Agraria de Bragueta" afirmando que fue el resultado de la catequización de las monjas españolas , a las hijas de los hacendados y finqueros, a quienes se les inculcaba, deberían casarse con hombres de fé, como los paisas, fue entonces cuando los hombres de Antioquia a su paso por las tierras ganaderas descubrieron no sólo cultivos y ganado si no tambien mujeres hermosas.
Este Ingeniero Civil, de la Universidad de Cartagena, ya no construye puentes, ni carreteras, ahora edifica pedagógicamente a los jóvenes de Córdoba y Colombia, a quienes les habla de cultura Zenú.
"Al Mudo que lo entienda su mae" dice don Benjamín al referirse a su refrán favorito, y explica la importancia de la boca no sólo para hablar, pues no es el único medio de comunicación, con el que un hombre puede hacerse entender y define la importancia de la madre como primera maestra del niño.
Ahora don Benjamín parece un abuelo, enseñando. Es un hombre tan recursivo que utiliza hasta las suelas de sus zapatos para formar un alfabeto completo, demostrando que hay que ir más allá, hasta el punto de encontrar una razón matemática a la trenza del sombrero vueltiao, hecha libremente por el indígena quien dá origen al sombrero vueltiao, siempre impar, siempre autóctono, legado de la cultura Zenú.
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