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Carlos Crismatt Mouthon

[311] Windows Vista [31]

Por: Carlos Crismatt Mouthon

Los códecs para video -especialmente el DivX- tienen una leyenda negra, todo por cuenta de los distribuidores de películas. La razón es que estos códecs han sido utilizados para comprimir los contenidos de los DVDs y permitir su descarga rápida por Internet, o vender las copias en CDs a precios bajos.

Esto no es nada nuevo. En la historia de las sociedades, bajo la razón de un acomodado precepto ético, muchos de los avances tecnológicos han enfrentado el embate de la industria.

Pero en este cuento hay una paradoja. La redes punto a punto de intercambio de archivos -como el famoso "Napster"-, y el formato MP3 -para comprimir música-, que ayer fueron perseguidos con saña, hoy son utilizados por los mismos distribuidores para vender su música en la red. Si no, que lo diga "iTunes", el líder en descargas. Además, los discos compactos con música MP3 son otro negocio rentable para las disqueras. Y ni se diga de la mina de oro de los "ringtones", que se bajan por celular.

Hay otro dato. La represión contra "Napster" no acabó con la tecnología de la redes punto a punto -llamadas "P2P"-, sino que por el contrario proliferaron aún más, con el agravante de que ahora sí están sueltas de madrina. La lista es larga, entre ellas Ares Galaxy, Audiogalaxy, BitTorrent, eDonkey, eMule, Gnutella, Kazaa, LimeWire y Morpheus,.

Un caso contrario es el de Microsoft, un adalid de la lucha contra la piratería, que es el propietario de dos de los más apetecidos formatos de compresión, uno de audio -el "WMA"- y el otro de video -el "WMV"-. El mensaje es que hay combatir el delito, pero sin atacar las tecnologías. Lo que deja bien claro, que vender la cama no acaba con los cornudos.

Divulgar en esta columna lo concerniente a la edición de video y el uso de códecs y contenedores, no tiene otro sentido que popularizar las nuevas tecnologías y hacer que sean asequibles al común de las gentes. No se trata, por supuesto, de hacer la apología del "pirateo" de música, películas o software.

El presupuesto que nos invita a hacerlo es otro. Hoy día ¡el video es el Rey! Estamos en el apogeo de la multimedia, gracias a que la tecnología ha permitido que teléfonos celulares y cámaras fotográficas puedan grabar video con calidad aceptable. Inclusive, se han captado y transmitido por Internet muchos de gran interés histórico, como los de las Torres Gemelas y la ejecución de Sadam Husseín.

En el ámbito personal se graban -por ejemplo- matrimonios, cumpleaños, bautismos, parrandas, corralejas, Carnaval de Barranquilla y Fiestas de 11 de Noviembre, entre otros. Si hacemos una visita a Youtube y Google Video, entenderemos que hay un mundo paralelo, en el que los videos caseros superan a las películas comerciales.

Por ello, las personas que gastan su dinero en comprar equipos grabadores de videos y computadores con capacidad multimedia, tienen el derecho de conocer cómo se usan los códecs y los contenedores para realizar un video por su propia mano. Todo esto con el beneficio adicional de que esas imágenes no pasan por manos de terceros, manteniendo a raya la invasión de la privacidad.

Ahora sí, con esta declaración de principios -que espero tranquilice muchas conciencias- en la próxima columna abordaremos el tema de cómo se hace la compresión de los videos, manteniendo un equilibrio entre tamaño y calidad. Como se dijo, de manera sencilla y didáctica entraremos al mundo del "MPG-1", "MPG-2", "MPG-4", "DivX" y "XviD".

Esta es una serie publicada desde octubre de 2001 por el periódico El Universal de Cartagena de Indias, en la edición de Montería [Córdoba] de los días sábados.
© Carlos Crismatt Mouthon

 

 
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