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Conozca su Computador

Carlos Crismatt Mouthon

[430] Windows 7 [23]

Por: Carlos Crismatt Mouthon

Ya vimos dos casos en que vale la pena instalar la versión de 64 bits de Windows 7, que son cuando el computador ya tiene 4 GB ó más de memoria RAM y cuando se trabaja con programas que utilizan mucha memoria. Ahora veremos más ampliamente el porqué se justifica en el último evento.

Ya habíamos anotado que cuando la información que maneja el procesador no cabe en la memoria RAM, el sistema operativo crea un archivo de intercambio en el disco duro para guardar y recuperar desde allí el exceso de información. Pues bien, ¿en dónde está el problema?

Por un lado, la información entre el procesador y la memoria RAM es fluida, ya que ambos componentes siempre han brillado por su velocidad. Como dato importante, los procesadores han venido cumpliendo la Ley de Moore, que de acuerdo con un artículo publicado en 1965 en la revista Electronics predecía que la complejidad de los circuitos integrados se duplicaría cada año con una gran reducción en el costo.

Pero lo impactante es que el autor es Gordon Moore, en esa época director de los laboratorios de Fairchild Semiconductor y luego cofundador de Intel en 1968, junto a su compañero de empresa Robert Noyce. En 1975, Moore actualizó su pronóstico en el sentido de que el número de transistores en un chip se duplicaría cada dos años. Y las dos cosas se han cumplido, tanto el aumento en la velocidad como la rebaja en los precios.

Por el otro, la memoria RAM es muy rápida, pero también demasiado costosa en comparación con otros medios de almacenamiento como el disco duro. Lo ideal sería que todos los procesos se manejaran en la memoria RAM, pero en el mercado no existe una placa base que soporte más de 16 GB, por lo que es ineludible que el sistema operativo tenga que recurrir al archivo de intercambio.

El problema se presenta entonces en el cuello de botella que se crea al pasar la información de los buses de alta velocidad del procesador y la memoria RAM, a la del perezoso disco duro. A pesar del continuo avance en la tecnología de los discos duros, que ha pasado por IDE, SCSI y SATA, en los equipos actuales del mercado -con una velocidad máxima de rotación de 7.200 rpm y un lento brazo mecánico-, no pueden escribir y leer datos a una velocidad comparable a la del procesador y la memoria RAM.

Dicho en otras palabras, es una pelea entre la electrónica del CPU y la RAM, y la mecánica obsoleta del disco duro. Una pelea de toche con guayaba madura, o de tigre con burro amarrado. Pero esto tiende a cambiar en el mediano plazo, ya que se trabaja seriamente en la salida del disco duro de estado sólido -conocido como "SSD" por la sigla de "Solid State Drive"-, que sólo conservará la carcasa ya que por dentro será de pura memoria flash -la misma de la memorias USB-, y que ya tienen instalados algunos prototipos de computadores.

Las ventajas de un disco duro de estado sólido se miran desde diversos ángulos. Aquí lo mencionamos por su velocidad -que alivia el cuello de botella-, pero también es más seguro ya que no tiene partes móviles que se puedan dañar, amén de producir menos calor y consumir poca energía, lo que hace agua la boca de los usuarios de portátiles.

Bueno, ¿y del archivo de intercambio qué? Más adelante veremos cómo aprovecharlo.

Esta es una serie publicada desde octubre de 2001 por el periódico El Universal de Cartagena de Indias, en la edición de Montería [Córdoba] de los días sábados.
© Carlos Crismatt Mouthon

 

 
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