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Carlos Crismatt Mouthon

[470] Windows 7 [63]

Por: Carlos Crismatt Mouthon

Desde el lanzamiento de Windows 95 la empresa Microsoft ha contestado muchas demandas por la instalación obligada del Internet Explorer, alegando que no podía quitarlo por ser parte integrante del nuevo sistema operativo. Pero ahora, en Windows 7 se incorporó la posiblidad de desinstalar el Internet Explorer 8.

Esta decisión tiene tanto de largo como de ancho. Porque si bien pareciera que Microsoft cede a la presión que está ejerciendo la Unión Europea junto a compañías como Google, Mozilla y Opera, en el fondo lo único que se hace al desinstalar el navegador Windows Internet Explorer 8 es quitar el archivo ejecutable y borrar los accesos directos del programa.

Y, ¿porqué razón sucede esto? Sencillamente, debido a que muchas de las utilidades de Windows requieren de los servicios del motor de Internet Explorer, y éste a su vez hace parte del núcleo del sistema y comparte multitud de librerías con Windows. Así que en el caso de quitarlo definitivamente, el sistema operativo se vería afectado seriamente en su funcionamiento. Y en eso, Microsoft tenía razón desde un principio.

De tal manera que lo que se publicita como "desinstalación de Windows Internet Explorer 8" en la propaganda institucional de Windows 7, más bien merece llamarse "desactivación".

Y para hacerla, se sigue la ruta "Inicio / Panel de control", luego se da clic en "Programas" y enseguida en "Programas y características". Ahora, en el panel izquierdo se pulsa en la opción "Activar o desactivar las características de Windows", y en la ventana que muestra todos los programas y servicios de Windows 7 se quita la marca de "Internet Explorer 8" y se presiona el botón "Aceptar".

La rutina finaliza con un mensaje de advertencia en una ventana emergente, y al dar clic en "Si" se desinstalará Internet Explorer 8, para luego reiniciar el sistema. Un dato adicional es que como en realidad no se han borrado los archivos de Internet Explorer 8, en cualquier momento se puede reactivar mediante la operación inversa de volver a poner la marca en "Activar o desactivar las características de Windows".

Pero ahora cabe la pregunta de, ¿sí es conveniente desinstalar el Internet Explorer 8? La respuesta es que -al igual que sobre gustos y sabores- cada usuario tiene una razón o necesidad especial que le hace tomar esta decisión. Por ejemplo, los jóvenes prefieren el uso de Firefox, quizás no tanto por sus fortalezas sino por ser un símbolo de la rebeldía, y por ello se identifican con el "zorro de fuego".

Simplemente como referencia, anotamos que personalmente combinamos el uso de Internet Explorer y Opera. Para abrir al inicio un grupo grande de pestañas -con la colección de direcciones que nos interesan-, adicionado con una utilidad rápida, segura y amigable para bajar archivos, el elegido es Opera. Pero para las tareas diarias de mirar el correo, leer las noticias de los periódicos online y hacer búsquedas en Google -entre otras-, la opción es Internet Explorer.

Hay que tener en cuenta que Internet Explorer 8 tiene -hoy por hoy- las mejores defensas contra los ataques de Internet, incluyendo la ingeniería social. Bueno, a menos que no lo actualicemos periódicamente y le desactivemos las opciones de seguridad.

Esta es una serie publicada desde octubre de 2001 por el periódico El Universal de Cartagena de Indias, en la edición de Montería [Córdoba] de los días sábados.
© Carlos Crismatt Mouthon

 

 
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