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Marta Sáenz Correa: por la dignidad de Córdoba

Por: Carlos Crismatt Mouthon


Marta Sáenz Correa, gobernadora electa

 

Al referirse al episodio actual de la credencial de la gobernadora electa Marta Sáenz Correa,  todos a una –como en Fuenteovejuna- repiten la cantaleta que élla está inhabilitada y que no quieren que se repita lo de Libardo López.

Hay que hacer las siguientes aclaraciones para evitar que la ciudadanía siga siendo desinformada, aún por personas como el Veedor Valera, que es abogado y sabe muy bien de esto:

  1. La Corte Constitucional falló que Libardo López Cabrales nunca estuvo inhabilitado. Por eso lo devolvió al Palacio de Naín y decretó que la elección de Jaime Torralvo no existió jurídicamente. Otra cosa es que una tutela posterior fallada por el Consejo de Estado –que respiró por la herida ante el fallo de la Corte Constitucional- permitiera el regreso de Jaime Torralvo a la gobernación, pero por una razón diferente a la inexistente inhabilidad de que tanto habla el Veedor. ¡Por favor, que no se repita más que Libardo López estuvo inhabilitado!

  2. El juez administrativo de Montería en su providencia prohíbe al Consejo Nacional Electoral entregar la credencial de gobernadora a Marta Sáenz Correa mientras se define si está o no inhabilitada, lo que es todo un adefesio jurídico. Esto es diferente a decir que alguna autoridad judicial ha fallado en el sentido de que Marta Sáenz Correa está inhabilitada. Aquí se han violado la presunción de inocencia y el derecho a un debido proceso. ¡Por favor, que no se repita más que Marta Sáenz está inhabilitada!

  3. El problema no está entonces en las supuestas inhabilidades de Libardo López y Marta Sáenz, sino en que los perdedores de las contiendas políticas se dejan enredar por quienes quieren pescar en río revuelto. Y para conseguir sus logros, cuentan con administradores de justicia que se amparan en el Imperio de la Ley para cometer barbaridades.

  4. Causa sorpresa que en el caso de la tutela fallada por el juez de Lorica -en el caso de la parapolítica-, se pronunciaron por prensa, radio y televisión  todas las altas instancias del ejecutivo, la rama judicial y los entes de control, pero en el de la gobernadora electa de Córdoba han guardado completo silencio. ¿Porqué tanto cacareo en el primer caso, y afonía total en el segundo?

  5. No hay explicación para que el Consejo Nacional Electoral, máxima instancia en estos aspectos, acoja sin beneficio de inventario una extraña tesis del juez administrativo de Montería, que de entrada no tiene facultades para hacer su pronunciamiento. Es evidente que el  Consejo Nacional Electoral incumplió su deber al no aplicar la “excepción de inconstitucionalidad”.

  6. El principio de la “excepción de inconstitucionalidad” es una consecuencia del artículo 4º de la Constitución Política de Colombia, en donde se dice expresamente que élla es “norma de normas”. Esto faculta a todos los jueces a sujetarse a los mandatos constitucionales, de tal manera que si un fallo de jerarquía inferior contradice -en forma clara y ostensible- un presupuesto Superior, el funcionario pertinente estará en la obligación de inaplicar la norma para el caso en concreto, dando primacía a los principios y garantías constitucionales.

  7. Los instigadores que azuzan a la campaña opositora de Marta Sáenz, se enredan en sus propias espuelas con sus argumentos seudojurídicos. Es un burdo engaño que el proceso actual conlleve a que se le retire la inscripción a Marta Sáenz, y que por lo tanto asuma la gobernación quien siga en la lista. Con tal de ganar sus jugosos emolumentos, los abogados siguen alimentando esta especie traída de los cabellos.

  8. En el caso hipotético de que Marta Sáenz no pueda recibir la credencial en forma oportuna, el presidente tendrá que encargar como Gobernador de Córdoba a un representante del Partido Liberal, que fue quien ganó las elecciones. Recordemos que en el caso de Libardo López fueron variopintas las tesis esgrimidas por los opositores políticos, que con el deseo montaban en el cargo a todos los que se les ocurría. Pero todo terminó con la designación de un liberal como gobernador encargado.

Siempre se ha dicho que una verdad a medias es peor que una mentira, y ese es el arma que usan los contradictores políticos de Marta Sáenz para crear la confusión en la sociedad cordobesa.

Además, el gran perdedor de este nuevo sainete que se ha montado, es sencillamente el pueblo de Córdoba. Y por desgracia, los causantes son sus propios hijos, que anteponen sus mezquinos intereses electorales al bien colectivo.

© Carlos Crismatt Mouthon - Montería, diciembre 11 de 2007

 

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