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El Imperio Zenú

Monografía de Ciénaga de Oro
José Luis Garcés y José Manuel Vergara - Universidad de Córdoba - 1998

Portada del libro Monografía de Ciénaga de Oro de José Luis Garcés y José Manuel Vergara
CAPÍTULO VI
CULTURA

CULTURA PREHISPÁNICA

Culturalmente estos indígenas eran poco desarrollados. Esta se manifiesta casi a nivel artesanal, como la veremos enseguida.

VESTIDOS Y ADORNOS

En esta etapa del primer nivel cultural, denominada de las "industrias", los indígenas de Ciénaga de Oro utilizaban de su entorno los medios indispensables para satisfacer sus necesidades.

En el caso de los vestidos, las mujeres usaban faldas anchas trabajadas con corteza de árboles que lavaban y machacaban en piedra hasta dejarlas blancas y flexibles, las cuales se las sujetaban con una cabuya que iba cogida por entre los muslos. De la cintura hacia arriba, quedaba al descubierto como los hombres, quienes solamente usaban un caracol en la parte viril amarrado en la cintura con una cabuya, majagua o bejuco.

Las mujeres en épocas de fiesta lucían collares de oro y colmillos de animales, narigueras, pectorales, brazaletes que ellos mismos elaboran.

Se pintaban la cara y el cuerpo para protegerse de los mosquitos. También usaban una corona de vistosas plumas de aves de la región. A los niños les colocaban collares de oro y plumas de pájaros de diversos colores.

Las niñas sólo usaban faldas cuando les llegaba la época de la menstruación, ya en la pubertad.

VIVIENDA

De la misma manera que utilizan los elementos naturales ofrecidos por el medio para elaborar sus vestidos, sucedía para la construcción de sus viviendas. Las casas eran hechas de palos y palmas. Unas más largas que otras, o redondas, según el rango social de quienes la habitaran. La casa del cacique, por ejemplo, era redonda y amplia. Muy cerca de esta casa estaba la casa ceremonial. Otras casas, como las que quedaban en la orilla de las ciénagas y caños, las hacían en forma de kiosko o tambo, y el techo era de bijao. Pero las casas que quedaban en el cerro, cercanas a la del cacique, tenían techos de palma amarga.

La casa del cacique Panaguá tenía alfombra de estera y un pañol para almacenar comestibles de reservas. La hamaca en que el cacique pasaba acostado, le servía de mortaja al morir.

Todos estos complementos del nivel cultural de "industrias" se los proporcionaba el medio que ellos, los indígenas, sabían utilizar y además a sus necesidades más apremiantes.

ORFEBRERÍA

En este campo fueron muy adelantados. Quizás los indígenas verdaderamente orfebres del Sinú, fueron los de Ciénaga de Oro, debido, sin duda, a la gran riqueza que poseía la región. Tal vez por esa abundancia de oro tan apreciable, lo trabajan con maestría. Del oro obtenían numerosas figuras, fundiendo el metal con destreza y como no conocían los ácidos, sustancias y procedimientos actuales, utilizaban los brindados por la naturaleza. Ablandaban el oro con jugos extraídos de hojas, tallos y raíces.

El oro se encontraba en vetas y aluviones al sur del municipio. Esta orfebrería fue famosa. Y servía para hacer trueques con tribus vecinas, y por productos que ellos no poseían. Negociaban frecuentemente con las tribus de Barají, Pijaguayá, Zuripá y Zipote.

ALFARERÍA

También utilizaron el barro para plasmar su arte en ollas, mucuras, figuritas antro-poformas, zoomorfas, fitozoomorfas, divas, máscaras y collares.

TEJEDORES

A pesar de que los indígenas que residían en Cienaga de Oro no cultivaban el algodón, sin siquiera a mediana escala, lo sembraban para el gasto casero, y lo utilizaban para hacer adornos. Pero como eran buenos tejedores, lo conseguían en los pueblos vecinos de occidente que sí lo cultivaban. Aunque, como ya dijimos, usaban la corteza del árbol Nemana para elaborar sus faldas, abundante en la zona oriental, de los Copeles.

ARMAS

Entre indígenas, las armas más comunes fueron el arco y la flecha. Les ponían en la punta hueso, dientes de pescado y de otros mamíferos, o madera fina. En ocasiones, envenenaban las puntas.

También tuvieron armas menores para labores cotidianas y de escaso alcance como las hondas, chuzos, macanas, lanzas cerbatanas y palos, todas dedicadas a satisfacer necesidades cotidianas como las caza, pesca, etc.

GUERRAS

Aunque no consideramos la guerra como una manifestación cultural, la traemos a colación por el hecho simple de que los indígenas de Ciénagas de Oro, y no dudamos que otros también acompañaban la guerra con música y cantos, y cuando iban a entrar en combate se vestían con uniforme especial. Ya dijimos que la tribu Paniagua no era pacífica. Le gustaba la guerra y la hacía con sus vecinos o con quienes vinieran a perturbar sus labores cotidianas. Como eran guerreros utilizaban sus propias técnicas como las de pernoctar en la copa de los árboles, meterse en el agua de las ciénagas o caños dejando afuera solamente la nariz, se pintaban de color de monte, mimetizándose y pisaban sigilosamente sobre las hojas secas de tal manera que nadie los escuchaba.

MÚSICA

Todos los instrumentos que utilizaban eran extraidos de la naturaleza. Hacían sus tambores de madera forrados con cuero de animal de monte; los guaches o maracas de totumos. También usaban caránganos, marimbas, ocarinas y flautas. Animaban sus cantos con gritos fuertes que despertaban el entusiasmo entre los participantes. Como se ve, todo era primitivo y rudimentario en ese primer nivel cultural, pero no muy distante de los instrumentos que hoy se utilizan para los mismos menesteres.

PINTURA

La pintura era extraida de los árboles. Se hacían tatuajes, como muchos ahora, en sus cuerpos, brazos. Dibujaban las mantas parecidas a la piel de las culebras boas o del tigre, en colores blanco, amarillo, gris, rojo y negro.

ESCRITURA

Como se sabe, nuestros indígenas no conocieron la escritura, pero sí hicieron figuras en la cerámica con algunas representaciones que significaban algo.

CIENCIA

Aunque sus conocimientos no llegaron siquiera a ser como el de los Mayas, Aztecas, Incas o Chibchas, Sí fueron avanzados para la elaboración de objetos de barro (cerámica); de oro (orfebrería) y en la técnica para la construcción de casas y cultivos. El mes lo determinaban por la luna y el día por el sol.

GOBIERNO

Ya en un plano más elevado de la cultura, relacionado con el segundo nivel, o sea el de las instituciones, el indígena Paniagua tenía una rudimentaria organización social y de gobierno que durante los últimos tiempos estuvo bajo la voluntad fuerte del cacique Paniagua como su jefe máximo, pero asesorado por un grupo de ancianos que lo aconsejaban al momento de tomar decisiones importantes. El mando era heredado en la línea del padre en el clan. Tomaba el mando el hijo mayor después de la muerte del cacique.

Esta clase de gobierno duró hasta la llegada de los españoles, cuando el pequeño reino o cacicazgo fue destruido por completo.

MATRIMONIO

Otra institución del segundo nivel cultural, fue el matrimonio. Practicaban la monogamia (sólo una mujer), con excepción del cacique que podía tener varias mujeres.

También podían hacer uso de ese privilegio los orfebres y ceramistas, es decir, eran polígamos.

Cuando la mujer llegaba al punto de ser casadera, le hacían fiestas y prácticas rituales. El padre de la muchacha le buscaba el marido después de la primera luna de la joven. A veces el joven hacía alguna insinuación de que le gustaba alguna muchacha y en no pocos casos era atendida, ya que ambos padres se ponían de acuerdo y arreglaban el matrimonio. La ceremonia era festejada con masato, música y baile. El dominio del hombre sobre la mujer y en celo eran bastante fuertes, pues la mujer no podía hacer nada sin previo permiso del hombre.

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