[017] Los problemas al imprimir en colores
Por: Carlos Crismatt Mouthon
La decepción es común cuando se comprueba que los brillantes colores que vimos en el monitor, aparecen opacos y en otros tonos en el trabajo impreso. En general, se culpa a la impresora, o a la calidad de los cartuchos de tinta que se utilizan, especialmente si son recargados. Pero en realidad este es un problema que tiene que ver con las diferencias técnicas entre los modelos de colores que se manejan en el monitor y la impresora.
En el monitor los colores son generados por el pixel, la unidad funcional de la pantalla. Podemos comparar el pixel con cada uno de los puntos que forman la trama de las fotografías de los periódicos. Cada pixel está conformado por tres partes, cada una con fósforo de color Rojo, Verde y Azul, y cuyas combinaciones pueden representar hasta 16.7 millones de colores en el monitor. La distancia que separa dos pixeles se llama dot pitch, y en un monitor de calidad debe ser igual o inferior a 0.28 milímetros. Mayor distancia significa que la imagen perderá definición, lo que obliga continuamente al cristalino a tratar de enfocarla, con el consecuente cansancio visual.
Los colores del monitor son brillantes, ya que son producidos por una fuente luminosa, y se conocen como colores de luz, o colores aditivos. Su principal característica es que la combinación de los tres colores en su mayor intensidad forman el blanco absoluto, y la ausencia total crea el negro. Por las iniciales de sus nombres en inglés de Red, Green y Blue, este sistema de color se denomina RGB. El efecto visual es parecido al del puntillismo, en el cual pequeñas pinceladas de colores puros se fusionan –a cierta distancia- en los ojos del espectador, formando nuevas tonalidades.
Por otra parte, los colores que se utilizan al imprimir son pigmentos –o tintas- de carácter sustractivo, en los cuales la mezcla de todos los colores forma el negro. Este sistema está formado por los colores cian (azul), magenta (rojo), amarillo y negro. Por sus nombres en inglés de Cyan, Magenta, Yellow y blacK se le conoce como modelo CMYK. En el caso del negro se toma la “K” final, para evitar confusión con el azul (blue).
Quienes trabajan en diseño conocen de este problema, y utilizan diversas formas para conseguir una correspondencia entre lo que se ve en la pantalla y lo que se imprime. Algunos programas de dibujo -como el conocido Corel Draw-, permiten habilitar una corrección automática a fin de tener en el monitor una mejor aproximación de los colores que se van a imprimir. Es por ello que cuando tal corrección está funcionando, los colores en la pantalla se ven más apagados. Claro, que si nuestro trabajo es para ser visto en el monitor a través de Internet, o en una presentación de diapositivas, lo mejor es deshabilitar la corrección, para que los colores se presenten en su mayor brillantez.
Algunos datos finales. La corrección automática del color en la versiones 8 y 9 de Corel Draw se modifica en “Herramientas – Opciones – Global – Administración de color - Calibrar colores para visualización”. También se puede hacer una mejor calibración de los colores, para lo cual se busca en la misma ruta la opción “Perfiles” y se seleccionan los dispositivos que estamos usando –monitor, escáner e impresora-, lo que se traduce en un mejor resultado del trabajo impreso. Para realzar el brillo, lo mejor es utilizar un papel de calidad fotográfica.
El color alegra la vida.
Esta es una serie publicada desde octubre de 2001 por el periódico El Universal de Cartagena de Indias, en la edición de Montería [Córdoba] de los días sábados. |