[062] Internet: La radio “glocal”
Por: Carlos Crismatt Mouthon
Después de Internet vino la Web, cuyo nombre completo es World Wide Web, y que traducido al español es algo así como “la telaraña que cubre al mundo”. La Web le puso color, sonido y movimiento a la red mundial, por lo que fue bautizada como “la porción multimedia de Internet”.
Hoy también podemos ver en la Web la presencia de la radio, la prensa y la televisión, por lo que se le considera como una “convergencia de medios”. Pero esto no significa que los lenguajes de esos medios sean los adecuados para los usuarios de Internet, ya que los estudios de algunos investigadores han llegado a la conclusión que los visitantes de la red tienen hábitos y necesidades diferentes a los que leen un periódico, oyen la radio o miran la televisión.
Cada uno de estos medios tuvo su largo período de experimentación hasta lograr articular un lenguaje propio, que aprovecha sus ventajas tecnológicas y satisface a los usuarios. En el caso de Internet se inició con el simple transplante de los modelos vigentes en otros medios, como el caso de la versión digital de los periódicos impresos y de las transmisiones radiales a través del publicitado “Real Audio”, un software que mediante el “streaming” permite que los paquetes que van llegando al computador se ejecuten sin necesidad de tener el archivo completo.
En ambos casos se trata de un simple cambio de medio, en donde no hay transformación del mensaje para aprovechar las ventajas de la red, como su gran capacidad de almacenamiento, la coexistencia de las comunicaciones sincrónicas –en vivo- y asincrónicas –en diferido-, y la ventaja del hipervínculo. La primera –el almacenamiento- permite ampliar la profundidad de la información, rompiendo el paradigma del poco espacio en la prensa o de la dictadura del reloj en la radio. La segunda –sincronismo y asincronismo- es una bendición para las gentes ocupadas, ya que permite ver y oír los contenidos a la hora y en el sitio deseados. Y la última –el hipervínculo- es el gran aporte de Internet para que se pueda guiar a los visitantes a otros sitios que contengan información que complemente o enriquezca el tema tratado.
Por otra parte, Internet es la gran autopista de la información que más se acerca al mundo global de que nos hablara McLuhan en los años 60. En una primera etapa se pensó que lo único que interesaba era lo global -es decir que sólo había interés en los fenómenos internacionales-, y que lo local tenía poca importancia en el nuevo mundo globalizado. Pero –sorpresas te da la vida-, poco a poco nos fuimos enterando de la mirada ávida que se había despertado por lo local. Por ello, hoy se ha acuñado la palabra “glocal” para señalar esa simbiosis de lo “global” y lo “local” dentro del tejido de la red mundial.
Fruto de esa nueva experiencia son las radios locales a través de Internet –“glocales”-; pero, nó la retransmisión de la programación de las emisoras a través del “Real Audio”, sino una radio que mediante la red distribuye su información sin utilizar el espectro electromagnético. Se trata de guardar información en archivos de audio que los usuarios pueden oír en vivo –en forma sincrónica- o en diferido –de manera asincrónica-, con un lenguaje y diseño propios que consulten y exploten las características y ventajas de Internet.
Final. Para estas emisoras no se requiere de licencia ni de costosas inversiones en equipos para transmitir por las ondas Hertzianas.
Esta es una serie publicada desde octubre de 2001 por el periódico El Universal de Cartagena de Indias, en la edición de Montería [Córdoba] de los días sábados. |