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Carlos Crismatt Mouthon

[159] OpenOffice, un peso pesado del software libre

Por: Carlos Crismatt Mouthon

Fue Microsoft quien lanzó la primera piedra. Todo pasó cuando puso en circulación en forma gratuita su navegador Internet Explorer, que sacó prácticamente del mercado a Netscape -el Rey en ese momento-, propinándole un duro golpe económico y moral a Sun Microsystem.

En el año 1999 la empresa Sun Microsystem ripostó a Microsoft con la puesta en Internet de un paquete de oficina llamada StarOffice, de código abierto y sin costo alguno para quienes lo bajaran de la red. Las versiones 5.1 y 5.2 fueron rápidamente adoptadas por colegios, universidades, empresas de todos los niveles y usuarios particulares, ya que el producto –además de gratuito- era un digno rival de las suites de oficina disponibles, entre ellas Word Perfect Suite de Corel, Lotus Smart Suite de Lotus y MS Office de Microsoft.

En la versión 6.0, StarOffice dejó de ser regalado, pero Sun Microsystem decidió apoyar a un grupo de programadores para que con su código crearan una nueva suite llamada OpenOffice, la cual está disponible gratuitamente en Internet desde el 1 de mayo de 2002. La verdad es que OpenOffice es un peso pesado –no sólo por sus 65 MB-, que amenaza con sobradas razones a los programas ofimáticos comerciales. Tiene procesador de texto, hoja de cálculo y presentador de diapositivas, compatibles con Word, Excel y Power Point, además de un programa de dibujo vectorial –con muchas de las opciones de Corel Draw- y un editor de HTML.

Su instalación no tiene complicaciones. Se descomprime el archivo en una carpeta –en este caso la versión en español- y se da doble clic sobre “setup.exe”. El único dato importante es que se debe desplazar hasta el final el “Contrato de licencia del programa”, para que se active y se marque el cuadro del punto 2, y se pueda activar a su vez el botón de “Siguiente”. Si se quiere saber cuáles módulos se van a instalar, en “Selección del tipo de instalación” se debe escoger “Instalación personalizada”.

En una ventana posterior se presenta la oportunidad de establecer si por defecto OpenOffice abre los archivos de Word, Excel, Power Point y de lenguaje HTML. Finalmente, se detecta si se tiene instalado algún entorno de ejecución de Java (JRE). En caso negativo, es recomendable instalar la versión que trae el programa, ya que el código proviene de Sun Microsystem, y ya se sabe que ellos son los creadores del lenguaje Java. Con este entorno de Java, OpenOffice se comporta como pez en el agua.

También se debe instalar un diccionario para la corrección ortográfica. La manera más sencilla es utilizar una pequeña utilidad – DictInstall- que baja de Internet e instala los diccionarios que se requieran. Al iniciarla, lo primero que hace es buscar si hay una instalación de OpenOffice en el computador, y enseguida se descarga una tabla en donde se invita a señalar cuales de los diccionarios disponibles se quieren instalar.

Luego de instalados, los diccionarios deben ser activados. La guía para hacerlo se puede leer al hacer clic en el vínculo que aparece en la pantalla final al instalar “DictInstall”, marcado como “Para más información sobre cómo activarlos, pulse aquí”. Hay que anotar que en “Idiomas” existe el de “Español (Colombia)”.

Final. La última versión en español de OpenOffice se baja de “http://es.openoffice.org”, y el instalador de diccionarios de “http://www.ooodocs.org/dictinstall/es/index.html”.

Esta es una serie publicada desde octubre de 2001 por el periódico El Universal de Cartagena de Indias, en la edición de Montería [Córdoba] de los días sábados.
© Carlos Crismatt Mouthon

 

 
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