[166] Gmail, un correo novedoso y tormentoso

Por: Carlos Crismatt Mouthon

El camino por recorrer de Gmail -el correo gratuito de Google- no es tan fácil como parecía al principio. Su principal fuente de financiación son los anuncios publicitarios que aparecen en las ventanas y que están directamente relacionados con las palabras claves encontradas dentro de los mensajes.

Resulta que grupos defensores de los derechos de los usuarios en Internet critican fuertemente esta técnica, por que consideran que viola la privacidad del correo electrónico. Y aunque Google -su creador- se defiende diciendo que esa lectura la hacen robots sin intervención humana, la Unión Europea ha solicitado que esto se modifique. De no hacerlo, Gmail podría perder esa importante porción del mercado europeo, lo que a su vez significaría un serio revés en los planes de expansión a nivel mundial.

Esta técnica no es nada nueva, ya que se usa desde hace tiempo en los principales buscadores, incluyendo al propio Google, los cuales incluyen avisos de publicidad basados en las palabras o en el contexto de lo que busca. De todas maneras, Gmail entró pisando fuerte y sus principales adversarios, como Hotmail y Yahoo, aprovecharán la oportunidad para echarle leña a la hoguera.

Otro motivo de preocupación es el negocio que ha surgido por la forma en que Gmail vincula a sus usuarios. En resumen, los primeros mil abonados para las pruebas de la versión beta fueron seleccionados directamente por Google, y los siguientes mediante difusión por amistad, en donde cada usuario puede recomendar a otros seis.

El problema nació cuando a raíz del boom de Gmail -con su gigabyte de almacenamiento- todos quieren tener allí su cuenta y no tienen una forma directa de obtenerla. Ante esto, muchas personas comenzaron a ofrecer dinero a través de los foros en Internet para que alguien los invitara a abrir su correo en Gmail. Y a quienes tenían cuentas de Gmail, se les abrieron las agallas y también se inventaron su negocio para ofrecer al mejor postor las invitaciones.

A partir de allí, se inició un verdadero sainete. Lo simpático del caso es que la mayoría han terminado tumbados, de lado y lado. Por una parte, después de que la persona recibe la invitación, nunca envía el pago. Y por la otra, quienes exigen primero el pago antes de enviar la invitación, después de recibir el dinero nunca la mandan.

Como si fuera poco, las invitaciones para abrir el correo de Gmail se han convertido en el gancho para la venta de algunos productos y servicios en línea. En forma pública, estos sitios ofrecen como ñapa una invitación para afiliarse a Gmail.

Pero el último grito son los sitios dedicados exclusivamente a promover el intercambio de invitaciones de Gmail entre los usuarios. Allí se inscriben tanto quienes desean tener una cuenta de Gmail como quienes tienen invitaciones disponibles. Si bien no hay un costo aparente en estas transferencias, en algunos sitios se nota el propósito de que los contactos se hagan con personas interesadas en ciertos temas, entre ellos las citas amorosas, las oportunidades de trabajo y las aficiones.

Todo esto va en contravía de las políticas de uso Gmail, y es seguro que sus directivas ya deben estar enteradas de esta situación. Lo difícil será establecer quienes obtuvieron su invitación por el camino equivocado.

Seguiremos con el tema de Gmail en las próximas columnas. Para informarse del intercambio de invitaciones se puede visitar “http://gmailswap.com/”.