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Carlos Crismatt Mouthon

[179] Blogs, unos consejos finales

Por: Carlos Crismatt Mouthon

Todo acto de comunicación debe llevar implícito el respeto por los destinatarios del mensaje. Por su parte, el respeto debe ir más allá de la simple cortesía. Cuando se hace uso de los medios de comunicación, tradicionales o emergentes como el ”blog”, hay muchas formas de irrespetar a las gentes, haciendo el papel de tontos que van causando daño a su paso sin darse cuenta de ello.

La principal virtud debe ser la constancia. Por allí vemos centenares de sitios que una vez ofrecieron “el oro y el moro”, pero que al poco tiempo claudicaron y lo que debió ser un diario, se convirtió en una esporádica cartelera. Cada vez que los navegantes regresan al sitio para encontrar nuevas informaciones, se encuentran con lo mismo que vieron hacen semanas o meses. Esa es una de las más repetidas formas de irrespeto.

Así como un locutor debe tener excelente voz y dicción, un escritor debe tener una buena pluma. Los comunicadores deben tener un amplio dominio de la lengua materna, tanto en la sintaxis como en la ortografía. Es un axioma, la mala escritura mata el mensaje. Las buenas ideas naufragan de forma inexorable en el mal uso de la gramática.

La mejor excusa de quienes escriben para justificar sus yerros, es que utilizaron el corrector del procesador de palabras del computador. Lo que no saben es que dicho corrector sólo verifica que cualquier palabra esté en su base de datos, sin importar si tiene relación con el contexto la frase que se escribe. Para el corrector, da lo mismo “un tiro en la sien” que “un tiro en la cien”. Si no lo creen, hagan la prueba.

Otros vicios de la escritura, tienen que ver con algunas maneras que se han adoptado en Internet, como la de cambiar la grafía original de las palabras, sustituyéndolas por formas cortas que atentan contra la lecturabilidad. Es común ver como “estados” se transforma en “esta2”. Un curiosa taquigrafía, que si bien puede ser entendible en frases cortas, acaba por espantar a los desprevenidos lectores.

También hace carrera el escribir en mayúsculas. Esta era una exigencia para redactar los antiguos marconigramas y telegramas. Las palabras recortadas y las mayúsculas, hacen molestos y pesados los textos. Estos dos vicios son, sin duda, otra forma grave de irrespetar a quienes llegan a leer y conocer nuestras propuestas.

En un ángulo diferente, están el tratamiento y la responsabilidad con que se manejan temas que pueden afectar negativamente la vida o la tranquilidad de las personas. Por ello, un requisito esencial es ser experto en lo que se va a tratar, o, por lo menos, contar con el apoyo de personas con la suficiente idoneidad.

Esto tiene que ver primordialmente con los aspectos de la salud física y mental. Además de irrespetuoso, es un atentado ofrecer fórmulas mágicas para tratar enfermedades que son rebeldes a la medicina tradicional. Por una parte, porque se crean falsas ilusiones y expectativas, que a la final causan daños en los pacientes y familiares. Y por la otra, porque muchas veces esos consejos terminan en resultados fatales o irreversibles.

Hasta los inocentes “flogs”, los “blogs” dedicados a la fotografía, pueden irrespetar a las personas cuando se publican tomas hechas en la intimidad o en situaciones embarazosas, sin que quepa la excusa de que se hizo involuntariamente. Porque, precisamente, una de de la responsabilidades del autor del ”blog” es verificar que no se le cause daño a nadie.

Esta es una serie publicada desde octubre de 2001 por el periódico El Universal de Cartagena de Indias, en la edición de Montería [Córdoba] de los días sábados.
© Carlos Crismatt Mouthon

 

 
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