[217] La Falsa Seguridad de Windows XP [03]
Por: Carlos Crismatt Mouthon
Los primeros virus sólo se podían transmitir a través de los llamados archivos ejecutables, entre los que están los de extensión EXE y COM con los cuales se inician los programas, como, por ejemplo, "iexplore.exe" que abre el Internet Explorer. Este concepto fue revaluado luego de la aparición de los llamados "virus de macros", el primer golpe certero a los productos de Microsoft, ya que su acción está circunscrita a los documentos creados con Word, Excel, y demás utilidades del paquete Office.
Hoy el concepto de virus se ha ampliado a otras formas de ataques, como son los casos de los gusanos, troyanos, adware, spyware, malware, y otros bichos. Aunque muchas de estas creaciones se limitan a "molestar", algunas pueden -por lo menos- corromper archivos con datos valiosos, ó -peor aún- borrar la partición del disco duro. En este juego de probabilidades está presente el concepto de la falsa seguridad, ya que el peligro siempre estará pendiente de un hilo, como la Espada de Damocles.
La aparición de Windows XP estuvo precedida por una gran campaña de expectativa, en que se anunciaba que en él confluirían los desarrollos de los Windows para el usuario final -como Windows 3.1/3.11/95/98/ME- y los Windows de redes -como Windows 2000/NT- para lograr -ahora sí- un producto estable y seguro. Pero ello despertó las antipatías de los llamados "hackers", que lo diseccionaron totalmente y le encontraron todas las fallas de seguridad, para generar a su vez una serie de virulentos de ataques.
Veamos ahora el panorama. Los antivirus actualizan permanentemente sus bases de datos, pero existen más de 60 mil virus conocidos, y cada día aparecen entre 10 y 15 nuevos. Microsoft saca periódicamente los parches para remediar los problemas que se identifican, pero los "hackers" utilizan cada minuto para intentar encontrar nuevas vulnerabilidades y la forma de explotarlas.
¿Esperaremos a que se reviente el hilo y la espada caiga sobre nuestras cabezas?. La respuesta es definitivamente ¡no!. Y el camino a seguir es el de convertirnos en "paranoicos", de tal manera que nuestras creencias delirantes se mantengan firmes y no sea posible rebatirlas con cualquier argumentación lógica. Así, con desconfianza exagerada, siempre obstinados en contra de la falsa seguridad que nos proporciona Windows XP, diremos que no ¡a todo!.
Por ejemplo, ante el correo que aparentemente nos envió un amigo muy conocido, con el anuncio harto seductor de compartir unas provocativas fotos, debemos aferrarnos a que no conocemos a esa persona, y mucho menos ceder -como tontos- a la tentación de hacer doble clic para abrir el archivo adjunto.
Pero eso sí, con la velocidad de un pistolero del viejo oeste pulsaremos la tecla "Supr" para borrar ese horrible señuelo. Además, deberemos descartar cualquier sentido de culpabilidad por esta acción, ya que si verdaderamente es un correo auténtico, en la mañana siguiente recibiremos una llamada preguntando qué tal nos parecieron los retratos, por lo que tendremos la oportunidad de decirle que las reenvíe. Pero si no es así, nos habremos salvado de una catástrofe total.
Finalmente, como si fuera poco, un "hacker" con alguna habilidad puede realizar actividades delictivas camuflados en nuestro propio computador. Y aparecerá en los registros de Internet que el mensaje comprometedor fue enviado desde nuestra dirección IP. ¿Paranoia?. [Continuará]
Esta es una serie publicada desde octubre de 2001 por el periódico El Universal de Cartagena de Indias, en la edición de Montería [Córdoba] de los días sábados. |