[262] Los Primeros Pasos [34]
Por: Carlos Crismatt Mouthon
El analfabetismo informático es un problema que afecta la vida diaria de las personas. Y es un mito que las personas mayores no puedan aprender a manejar los temas de la computación. Al principio de esta serie dijimos que la primera barrera se la ponen éllas mismas, que al tratar de entusiasmarlas dicen que ¡loro viejo no da la pata!.
En el mundo actual, con la sistematización de las oficinas, la presencia de Internet y la cátedra de informática en los colegios y universidades, quienes no manejen el computador están dando ventajas en el mercado laboral -y provocando burlas entre los amigos-. Si bien los mayores en edad, dignidad y gobierno no tenemos la misma ventaja comparativa de los niños que nacieron bajo el signo de la era electrónica, con un poco de paciencia -que sí tenemos- el trabajo es fácil.
La historia del computador personal -abreviado como PC-, tiene apenas veinte años. Y el sistema operativo Windows nació en 1995, con sólo once años encima. Por lo tanto, no hay veteranos en este tema. Quien se las tire de café con leche, basta que vea a un niñito de cuatro o cinco años jugando a través de la Web, con una soltura envidiable en el manejo del teclado y del ratón.
Por ello, creo que el asunto es de disposición anímica. Si bien la serie de "Los Primeros Pasos" le ha servido a muchos de los lectores -manifestado en mensajes electrónicos-, la verdad sea dicha que aún algunos no digieren su contenido, a pesar de la forma descomplicada y pedagógica de tratar la temática.
En cambio, los niños afrontan la informática como un proceso natural. Así como aprendieron el idioma, con la misma familiaridad se acercan sin timideces al computador. Y mientras los adultos tenemos que releer los manuales para poner a funcionar los aparatos electrónicos, éllos los prenden -hundiendo y girando botones- con una habilidad y seguridad sorprendentes.
Pero ojo, que los de la generación anterior a la informática también tuvimos nuestro cuarto de hora. La llegada del radio portátil de transistores, la televisión -aunque a blanco y negro-, el telebolito y la calculadora digital, también marcaron una época de grandes avances tecnológicos. Y rápidamente aprendimos a manejarlos.
Hoy parece algo cursi. Pero la aparición del radio de pilas con transistores -que podía ser llevado a cualquier lugar-, en oposición a los pesados receptores de tubos que necesitaban varios minutos para calentarse y funcionar, fue un hito en la historia de las comunicaciones. Y qué decir de la calculadora con baterías, que en una pantalla de cristal líquido nos arrojaba en segundos los resultados de la raíz cuadrada. Ella realizó la hazaña sin precedentes de destronar al ábaco y a la regla de cálculo.
Y la verdad es que utilizamos con soltura esas innovaciones de la ciencia del Siglo XX. Por consiguiente, debemos preguntarnos que ¿si fuimos los testigos de los adelantos más importantes del hombre -incluyendo la llegada a la luna-, nos vamos a dejar intimidar por un computador, que hasta los niños saben manejar?.
La conclusión es que no se trata de hacer más sencillos los temas de esta columna, sino de tomar conciencia de que somos capaces de afrontar el aprendizaje de la informática sin tanta prosopopeya. Se los digo por experiencia, basta la decisión de sentarnos frente al computador y comenzar a preguntar qué se hace. Lo demás viene por añadidura.
Les deseo un Próspero Año Nuevo a todos los lectores.
Esta es una serie publicada desde octubre de 2001 por el periódico El Universal de Cartagena de Indias, en la edición de Montería [Córdoba] de los días sábados. |