[361] Windows Vista [81]

Por: Carlos Crismatt Mouthon

Actualmente en todas las versiones de Windows el borrar un archivo sólo asegura que el espacio ocupado está disponible, pero no su eliminación. De tal manera que mientras no se escriban datos en la unidad de almacenamiento, el archivo se puede recuperar.

Entonces, ¿cómo hago para suprimirlos definitivamente? A pesar del largo recorrido hasta Windows Vista, los sistemas operativos de Microsoft carecen de una herramienta que haga este trabajo, por lo que debe acudirse a software de terceros.

Pero antes de nombrar algunas utilidades, la pregunta del millón es ¿y cómo lo hace? Para la respuesta hay que partir de la base de que al borrar el archivo este no se elimina del disco duro sino su referencia, de tal manera que no aparece en el Explorador de Windows. Al no poder Windows Vista borrar físicamente el archivo, entonces la única vía es sobrescribirlo para que se haga imposible la recuperación legible de la información.

Aunque la verdad es que el proceso de sobrescritura debe corresponder a unos criterios técnicos para que sea efectiva. ¿La razón? Primero, que al estar oculto el archivo borrado, no sabemos exactamente las unidades de asignación en que está ubicado, lo que sería algo así como buscar una aguja en el pajar. La unidad de asignación también se conoce como "clúster", y es el conjunto contiguo de sectores que componen la unidad más pequeña de almacenamiento de un disco.

Además, lo que se busca no es que desaparezca el archivo -lo que es imposible- sino hacer ilegibles los datos que contiene. Aunque para muchos esto sea incomprensible, el mundo digital es totalmente diferente. En el mundo físico podemos destruir un objeto, pero en el sistema de archivos de un disco duro las cosas son a otro precio. Una vez guardado un archivo, esté permanecerá allí hasta que se elimine físicamente la superficie en donde está grabado.

Incluso el mismo nombre del archivo es otro problema, ya que solamente se podrá modificar, pero no desaparecer, de tal manera que en cualquier momento se podrá saber cuántos archivos se han guardado en un disco, entre activos y borrados.

Por ello, originalmente se creó en 1996 el "Método Gutmann" que usaba 35 patrones diferentes para escribir sobre la superficie de la unidad de almacenamiento, de tal manera que no se pudieran recuperar los archivos. Y que si se recuperaban, su contenido fuera indescifrable. Para los sistemas de almacenamiento de hoy -que tienen mayor densidad de datos en la superficie- este método es obsoleto, pero de todas maneras su técnica de patrones se sigue utilizando.

La primera utilidad para estas lides fue WipeDisk -de Utilidades Norton-, que permitía reescribir todo el disco o solamente las áreas libres. Para ello dejaba a criterio del usuario el valor del carácter -entre "0" y "255"- con que se hace la sobrescritura de los archivos y el número de repeticiones de la misma. A mayor número de sobrescrituras hay menos probabilidades de recuperación.

Algo que tuvo en cuenta WipeDisk al borrar las áreas libres es el concepto de "espacio inutilizado", que es el área que un archivo activo deja siempre libre en el "clúster" final, y puede suceder que ese espacio no utilizado pueda contener información de un archivo anterior.