[460] Windows 7 [53]

Por: Carlos Crismatt Mouthon

Ante las continuas agresiones a través de Internet, los usuarios finales quedamos a la deriva cuando en el momento más necesario se nos daña Windows 7. Como vimos en la nota anterior, estos ataques son alentados por los usuarios que no tienen licencia para manejar un computador.

Por lo general, los tropiezos se presentan debido a que los virus, gusanos y troyanos -entre otros-, instalan programas que afectan el funcionamiento de Windows 7, ya sea porque reemplacen archivos del sistema o alteren su configuración original. Y surge entonces la pregunta de, ¿para qué tenemos antivirus?

Se ha repetido muchas veces que los antivirus funcionan para el pasado, ya que siempre seremos víctimas de los nuevos virus mientras no se detecten e incluyan sus firmas en el archivo de actualización. Y -por supuesto-, en el entendido de que lo bajemos a tiempo de Internet y lo instalemos.

En casos de fallas del sistema operativo, los más común es tratar de aplicar remedios caseros -como el "ron compuesto" de las abuelas-, que si bien alivian el dolor, no atacan de fondo el problema. Si el sistema arranca, la primera opción es utilizar "SFC" -System File Checker-, que determina si los archivos originales de Windows 7 están intactos y los repara si es necesario.

Para ello se abre una ventana de comandos como Administrador, en el "prompt" se escribe "sfc /scannow" -sin las comillas- y se presiona la tecla "Enter". Para que "SFC" realice su labor, se debe introducir el disco de instalación de Windows 7 en la unidad de CD/DVD-ROM.

Otra acción es utilizar la restauración del sistema a una fecha anterior, en la cual Windows 7 estaba funcionando a la perfección. Para ello se sigue la ruta "Inicio / Panel de control / Sistema y seguridad" y en el ítem "Centro de actividades" encontramos la opción "Restaurar el equipo a un punto anterior en el tiempo". Al pulsar en "Abrir restaurar sistema", marcamos en "Elegir otro punto de restauración", damos en "Siguiente", marcamos "Mostrar más puntos de restauración" y seleccionamos el más antiguo.

Pues bien, ahora tenemos que andar otros caminos. Para casos de emergencia, hay que buscar escenarios que nos provean al instante de un Windows 7 de reemplazo, que nos permita realizar la tarea urgente que tenemos entre manos. Eso sí, se advierte que los remedios de fondo requerirán por lo menos de un disco duro extra, lo que debe verse como una inversión en seguridad y no como un gasto.

Una primera solución se basa en dedicar el disco de arranque para uso exclusivo del sistema operativo, mientras que el segundo disco se utilizará para guardar los datos, fotografías, videos y música. A su vez, el disco de arranque -de por lo menos 160 GB- se dividirá en dos particiones iguales, para tener dos versiones de Windows 7.

Una de las características de las versiones de Windows Vista y 7 es que traen un "bootmanager", que detecta automáticamente cuándo hay otras instalaciones -incluido Linux- y crea un menú para que en el momento del arranque se seleccione una de ellas. Y hay otra novedad, y es que Windows 7 durante la instalación crea una pequeña partición adicional de 100 MB para guardar allí el "bootmanager".

En la próxima columna, veremos los detalles de la operación.