[461] Windows 7 [54]
Por: Carlos Crismatt Mouthon
Para tener a la mano una instalación adicional de Windows 7 -que pueda ser usada de inmediato en caso de fallos-, la primera propuesta hecha en la columna anterior es la de utilizar un disco duro de inicio con dos particiones, para tener una versión en cada una. Pero, ¿esto no es lo que se llama RAID?
No. Desde los inicios de la computación se conoce el RAID -"Redundant Array of Independent Disks", conjunto redundante de discos independientes-, que no es más que un conjunto de discos duros que pueden funcionar en diferentes niveles, cada uno con un propósito específico. En el nivel RAID 1 se pueden adicionar varios discos espejos, que contendrán la misma información que el principal, de tal manera que si cualquiera falla los otros mantengan vivo el sistema operativo.
La gran diferencia es que en el RAID cualquier problema que ocurra en el disco activo se copia a los otros discos espejos. Y por consiguiente, si por causa de los virus se presentan problemas del sistema, el mal se reproduce en los otros discos, quedando todos infectados. Mientras que con dos copias independientes -al funcionar separadas-, la una no replica el daño en la otra.
Pues bien, para realizar la instalación hay que tener presente que se debe dejar que sea Windows 7 quien haga las particiones del disco. La razón es que de esta manera se crea una pequeña partición inicial de 100 MB que la rutina de instalación usa para guardar allí el "bootmanager", la utilidad que permite detectar todos los sistemas operativos que tenga el sistema -incluyendo Linux-, y crea un menú de inicio que permite seleccionar uno de ellos.
Para realizar la primera parte de la instalación se reinicia el equipo, insertamos el DVD de instalación de Windows 7, y -después de pulsar una tecla cuando la leyenda en la pantalla lo solicite- seguimos las instrucciones de las ventanas respectivas. Cuando se llegue al punto de definir el sitio en dónde se hará la instalación debemos verificar que el disco no tenga particiones, y en caso contrario utilizar la opción de eliminarlas. Enseguida, se procede a crear una nueva partición con aproximadamente la mitad del total del disco, y se continúa con el proceso.
La segunda etapa es hacer la otra instalación en el espacio no particionado. Para ello se sigue la misma rutina anterior, se crea la nueva partición en el espacio sobrante y se indica que allí se hará la instalación. Una vez finalizado el procedimiento, el Windows 7 activo será "C:", en caso de tener otro disco duro con una partición éste será "D:", y la otra instalación "E:"
Surge la duda de, ¿se necesitan dos licencias de Windows 7 para hacer este tipo de instalaciones? Técnicamente no hay problema, ya que el "firmware" del disco hace parte del "hash" de activación, y se trata del mismo disco físico. Además, se deduce que si se permite hacer un archivo de seguridad en el mismo equipo para restaurar el sistema, lo mismo puede hacerse para una segunda instalación, que no se utilizará simultáneamente. Pero en caso de dudas, se puede hacer la consulta en "social.answers.microsoft.com".
Otra pregunta que surge es, ¿que si la instalación que no se usa queda desfasada con respecto a la otra? Pero eso lo veremos en la próxima columna.
Esta es una serie publicada desde octubre de 2001 por el periódico El Universal de Cartagena de Indias, en la edición de Montería [Córdoba] de los días sábados. |