[477] Windows 7 [70]

Por: Carlos Crismatt Mouthon

La velocidad es una de las fortalezas de Internet Explorer 9, gracias al nuevo motor de JavaScript y a sus mejoras en la aceleración por hardware, que utiliza la Unidad de Procesamiento Gráfico -abreviada como "GPU"- y deja libre el procesador. Pero estas ventajas desaparecen si los proveedores de servicios de conexión a Internet no entregan a los usuarios las velocidades mínimas de banda ancha.

Aunque esto último pareciera ajeno al tema del navegador, lo cierto es que muchas veces la lentitud en la comunicación a través de Internet se debe que algunas empresas aún continúan aplicando aquello del "reuso" y se olvidan del compromiso con la velocidad de subida. Para entender mejor lo que se afirma, vamos a hacer una explicación más detallada.

Por una parte, el "reuso" no es más que compartir el mismo ancho de banda con otros usuarios. De esta manera, el único momento en que podremos disfrutar teóricamente de todo el ancho de banda que hemos contratado es cuando los otros no estén conectados. Pero si todos lo hacen al mismo tiempo, nuestra velocidad se ralentiza en la misma proporción al número de usuarios que la empresa tenga asignados al "reuso".

Igualmente, de lo único que se habla y se manifiesta como compromiso por parte del proveedor de servicio es la velocidad de bajada. En el lenguaje de Internet se denomina "downstream" -o bajada- cuando el sentido de la velocidad va del proveedor hacia el usuario, y "upstream" -o subida- cuando ocurre en sentido contrario.

De esta velocidad de subida nunca se dice nada, a pesar de tener importancia en las actividades que realizamos por medio de Internet. Un ejemplo clásico lo vivimos diariamente cuando enviamos un mensaje al cual se le adjuntan fotografías y videos algo pesados, ya que debemos esperar durante un largo tiempo para que se ejecute la operación de subida.

Pero esto es especialmente crítico para quienes por oficio deben enviar planos, diapositivas de PowerPoint, archivos de actualización de sitios Web y artes finales para la impresión -entre otros-, que por su tamaño obligan a tener la paciencia de Job mientras se hace su transmisión. Y lo peor, es que muchas veces la operación se aborta por la lentitud en la comunicación, con el consecuente alarido.

Lo que pocos saben es que la Comisión de Regulación de Comunicaciones -"CRC"-, ha determinado que para que se considere que un servicio es de banda ancha los valores mínimos son de 1024 Kbps -lo que se conoce como un mega- para la bajada y de 512 Kbps para la subida. Además, quedó totalmente prohibido lo del "reuso" y los proveedores de servicio deben garantizar una "velocidad efectiva, es decir la que en realidad siempre está disponible para el usuario".

Para establecer la medida de estos valores existen varios servicios gratuitos, algunos habilitados por las mismas empresas que prestan el servicio y otros por sitios independientes que apoyan la causa de los usuarios. Para acceder a ellos se puede preguntar en Google por "medidor de velocidad de internet". Lo mejor es probar con varios, buscando que algunos estén ubicados en el país y otros en el exterior, ya que debemos tener en cuenta que gran parte del tráfico lo hacemos fuera de las fronteras geográficas.