[522] Windows 7 [115]
Por: Carlos Crismatt Mouthon
De los conceptos iniciados en la columna anterior, aún quedan algunos importantes en el tintero, tal como hacer imágenes separadas de los discos duros, desconectar los discos que queremos proteger y tener un disco diferente para instalar el sistema operativo.
Habíamos comentado que después de hacer una imagen del sistema con todos los discos y particiones de un equipo, al momento de restaurarla debía borrarse la información de todos ellos. Entonces, ¿cómo hacemos para restaurar los diferentes discos por separado? La respuesta es sencilla, y consiste en hacer imágenes individuales, como -por ejemplo- hacer una primera del disco "C:" y luego otra por cada disco instalado. De esta manera, al momento de restaurar por separado cada una de las imágenes creadas del sistema seleccionaremos en qué disco lo haremos, y así sólo se borrará y restaurará la información de ese disco en particular.
Hay otra recomendación específica para aquellos que no controlan los nervios porque tienen instalados varios discos y piensan que la restauración borrará indiscriminadamente todos los que encuentren instalados. Para estos casos -y si tenemos algo de experiencia-, como se supone que la imagen del sistema está en un disco duro externo USB, lo mejor es apagar el equipo y desconectar los buses de datos de todos los discos -en el caso de los discos Sata es el cable rojo-, con excepción del que será restaurado. Así, al iniciar con el disco de instalación o reparación se mostrará en la pantalla de restauración sólo ese disco e iremos a la fija. Al finalizar la operación, conectaremos los buses de datos de los discos.
Y bueno, hay algo de lo que ya habíamos escrito y tiene que ver con la buena costumbre de utilizar un disco de tamaño medio para instalar allí Windows 7, lo que se complementa con otro disco de mayor tamaño -o si es posible varios- para guardar allí toda la información que generemos, como videos, fotografías, documentos de texto, presentaciones en Power Point y hojas de cálculo, entre otros.
Es más, a estos discos para los datos debemos redireccionar el contenido de las carpetas "Mis documentos" y "Mis imágenes", que por defecto están ubicadas en el disco de inicio "C:". De esta manera, aunque aún se siga reflejando en estas carpetas los nombres de los archivos y podamos manejarlos desde ellas, en verdad estarán físicamente en el nuevo disco que elijamos.
Para ello vamos -por ejemplo- a la carpeta "Mis documentos" del disco "C:", damos clic derecho sobre ella, seleccionamos "Propiedades", pulsamos en la pestaña "Ubicación" y presionamos el botón "Mover". Ahora navegamos hasta el disco duro en que queremos guardar verdaderamente los archivos, en donde dice "Carpeta:" escribimos "Mis documentos" y damos clic en el botón "Seleccionar carpeta". Finalmente pulsamos en "Aceptar" y los archivos se moverán a su nueva ubicación.
Con esto logramos dos efectos. Uno, que si se daña o se borra el disco "C:" por cualquier motivo, nuestros archivos de datos personales estarán a salvo. Y dos, que al restaurar una imagen del sistema de cierta antigüedad tendremos por aparte -en el otro disco- todos los archivos de documentos actualizados, y no se pierden los creados después de hacer la imagen.
Esta es una serie publicada desde octubre de 2001 por el periódico El Universal de Cartagena de Indias, en la edición de Montería [Córdoba] de los días sábados. |