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Antonio Mora Vélez

Antonio Mora Vélez

Ensayo

LA VIDA Y EL UNIVERSO

El hombre siempre se ha preocupado por su origen y por el de las grandes realidades que le acompañan. El Universo, La Vida... son algunos de los grandes interrogantes. Y a ellos le han dado respuestas las viejas mitología, las religiones, la filosofía y las ciencias, cada una desde su perspectiva. Casi se puede afirmar que en gran parte el desarrollo de estas disciplinas de la inteligencias ha estado directamente relacionado con el afán de resolver los citados enigmas.

El Universo es el más estudiado y el menos comprendido de todos estos misterios. Desde las viejas mitología griegas hasta nuestros días es mucho lo que se ha escrito sobre el tema. Y siempre en la línea de desarrollo del conocimiento señalada por los epistemólogos: del mito a la razón y de ésta a la ciencia; asignándole a la ciencia el papel de criterio rector en la búsqueda de la verdad.

La teoría del " Big Bang " en su etapa actual, divulgada por Stephen Hawkings, parece ser la más acertada interpretación del origen del Universo. Según esta teoría toda la materia del universo estuvo inicialmente concentrada en un " huevo cósmico " que explotó y dio origen en su expansión a las estrellas y planetas, a la vida y al hombre. El final sobrevendrá, bien en la etapa final de la expansión en la que el universo estará "en un estado de desorden casi completo" y en el cual " todas las estrellas se habrán quemado y los protones y neutrones se habrán desintegrado probablemente en partículas ligeras y radiaciones; o en el "Big Crunch", después de que todo el universo haya recorrido el camino inverso, es decir, el proceso de contracción, y se fusione nuevamente en el "huevo" original. Dos variantes de esta teoría, debidas al físico ruso Friedman, sostienen que el universo se expande tan rápidamente que la atracción gravitatoria no podrá pararlo, aunque lo frenará un poco, o que se continúa expandiendo a una velocidad tal que impedirá el colapso gravitatorio.

Stephen Hawkings sostiene que el origen de la vida y del hombre solo son posibles en la dirección de la flecha termodinámica, que es la dirección del tiempo en la que el desorden y la entropía aumentan y que se sucede en el proceso de expansión del universo en el que estamos actualmente. Afirma que en toda la etapa de contracción del universo no habrá posibilidad de que exista de nuevo la vida y el pensamiento. De suceder tal cosa -dice Hawkings- los hijos serian anteriores a los padres y un vaso estaría primero roto en el piso que completo y lleno de vino sobre la mesa (1). El tiempo, en este fantasioso evento, transcurrirá hacia atrás, lo cual resulta ilógico para la razón, pero benéfico para la ciencia-ficción, que ha utilizado tal recurso en varias oportunidades (2).

Pero ocurre que Empédocles, filósofo griego del siglo V a.n.e., expuso una hipótesis cosmogónica similar a la del "Big Bang" y en ella sostuvo que la vida era también posible en la fase contractiva. Sostuvo que el universo se originó en un punto de materia indiferenciada denominada "Sphairos", en el cual los cuatro elementos (agua, tierra, fuego y aire) se encuentran fusionados. Por la acción del "odio" tales elementos empezaron a separarse, y luego a combinarse en virtud del "amor", para dar origen a los cuerpos y al mundo. En esta fase, no obstante las uniones particulares, prima el odio, el cual logra conducir al cosmos hasta un estadio de total separación de los cuatro elementos ("Acosmia") en donde no es posible la existencia de los cuerpos. En este estadio el proceso se invierte, gracias a la acción del "amor", hasta retornar al " divino Sphairos", pasando por otro momento intermedio de equilibrio y lucha de las dos fuerzas en donde nuevamente tiene lugar el mundo y la vida (3)

Sobre el particular de las grandes similitudes entre las dos teorías: la aún mítica de Empédocles y la científica del "Big Bang", me ocupé en un breve comentario anterior publicado en El Universal Dominical de Cartagena (octubre 14/ 90). En dicho comentario resalté las siguientes y asombrosas semejanzas: 1) El origen fusionado del cosmos ("Sphairos"," Big Bang") y el retorno a una fusión final ("Sphairos"" y "Big Crunch"); 2) los procesos de unión y separación de elementos para formar los cuerpos; 3) La vida como fase intermedia entre el origen fusionado y el fin disperso ; 4) La característica señalada de total dispersión de la materia en la "Acosmia" de Empédocles y en el limite máximo expansivo de Friedman y Hawkings; 5) las fuerzas de atracción y de repulsión como determinantes del movimiento del cosmos; 6) La temporalidad de las grandes masas y 7) La teoría del equilibrio y lucha de las dos fuerzas que permite en Empédocles la formación de los cuerpos al combinarse los cuatro elementos (fuego, aire, tierra y agua ) entre si y en la ciencia moderna del torbellino generador de las galaxias.

Por lo anterior escribí que Empédocles bien podía tener la razón frente a Hawkings al afirmar que la vida era también posible en la etapa contractiva del universo; no obstante la tesis ya señalada de que la vida es generadora permanente de entropía, y la paradoja del tiempo en sentido inverso arriba escrita. Y la razón que tenia para tal afirmación era muy sencilla: Que resultaba insostenible que Empedocles y Hawkings coincidieran en todo menos en lo referente al origen de la vida en la fase contractiva.

Para avalar tal fe en el autor de "Las purificaciones", agregué entonces que no se podía olvidar que fue discípulo de Pitagoras y que, según Heráclides, murió arrebatado por un carro de fuego que era conducido por seres que hablaban con "voces sobrehumanas"; y que fue expulsado de la liga pitagórica por haber divulgado los conocimientos esotéricos en sus poemas. Ni tampoco que su maestro, el sabio de samos, estudió en Egipto , país fundado por descendientes de los atlantes y cuna de la Gran pirámide: "que debió ser un libro de piedra y testimonio de los conocimientos técnicos llegados del cielo". En síntesis, que la explicación mítica del origen del universo propuesta por Empédocles no era tal sino ciencia pura heredada de algún tipo de conocimiento anterior, bien guardado por los sabios de la época y aprendido en las escuelas de iniciados del oriente Asiático y el norte de Africa (4)

Pero ahora se me ocurren otras reflexiones en torno al tema. Desde la perspectiva del escritor de ciencia-ficción y aficionado a la cosmología, estimó que los defensores de la hipótesis de la expansión infinita no tienen razón ni mucho menos los sostenedores de la llamada "muerte térmica" del universo. En esto coinciden Hawkings y Empédocles. El universo se contraerá y en la fase de casi desorden absoluto producida por la entropía ocurrirá un equilibrio temporal de miles de millones de años que será roto por la acción de la fuerza gravitatoria de la materia en estado cuántico y del espacio en el que se sucedió la "gran explosión", que debió ser como lo afirma Friedman y Hawkings una "singularidad" en el tiempo real, suficiente para frenar la expansión e invertir la dirección del proceso. El equilibrio como todo equilibrio, es temporal; el movimiento, la transformación, son eternos; así lo afirman Heráclito, la dialéctica y la moderna teoría del caos .

De modo que la fuerza del "amor" de Empédocles(la gravitación, según la ciencia) no dejará de actuar y tarde o temprano pondrá a andar de nuevo el reloj cósmico en sentido contrario.

En relación con la hipótesis de la vida en la etapa de contracción del universo, cabe señalar, con la ciencia-ficción, que no seria igual a la nuestra porque ocurriría en un universo que en lugar de disipar, concentraría energía. Aunque es perfectamente posible que en algunas regiones haya disipación y que en éstas quepan otra vez la vida y la razón humanas, del mismo modo que la línea expansiva generada por la explosión original del universo no se contradice con la concentración de materia en esas zonas del cosmos en donde, gracias a ello, se han formado las galaxias. Así lo afirma Empedocles. Para él, en esta fase que va de la "acosmia" al "sphairos", la fuerza del "amor" une nuevamente las partículas para formar los cuerpos, en abierta lucha con el "odio", que tiende a separarlas. En este último evento ( menos del agrado de la CF ) y en relación con los seres inteligentes, si los hubiere, las cosas ocurrirían de un modo normal; del mismo modo que al hipotético navegante del espacio que ve transcurrir el tiempo del viaje como si estuviera en la tierra y a su regreso constata que han pasado muchos años más de los vividos por él en el interior de la nave. El habitante de ese cosmos contractivo sabrá que está en él porque no verá el corrimiento del espectro hacia el rojo, como nuestros científicos, sino hacia la banda azul. En lo demás, probablemente sea similar a nosotros. Debo añadir finamente que creo, como lo sostiene Umberto Eco, que la ciencia igual que la ciencia-ficción, apuestan en cada descubrimiento o creación a la conjetura y qué esta es filosofía e imaginación (5). Muchas de las opiniones de Hawkings en su magistral obras son eso, conjeturas científicas, y no por ello, menos importantes. De allí que comparta su criterio de la necesaria vinculación de la filosofía con la ciencia en la gran tarea de descifrar el origen y fin del universo. En este artículo he querido ser consecuente con tal posición, resaltar la importancia de Empédocles como pensador y sostener que el pensamiento de las civilizaciones antiguas tiene más de un nexo con la ciencia moderna, y que en temas como el que nos ocupa, debe ser tenido en cuenta como referente metodológico al momento de pensar las alternativas o conjeturas elaboradas para interpretar los enigmas del universo.

  1. Hawkings Stephen, La Historia del tiempo, Grijalbo, Barcelona, 1.988
  2. "2.001, Odisea del espacio " de A.C. Clark ;
  3. Capelle Wilhelm, Historia de la filosofía griega, Gredos Madrid, 1.981;
  4. Laercio Diógenes, Vida y doctrina de los grandes filósofos de la antigüedad, (Ediciones Claridad, Buenos Aires, 1947); Atienza Juan G., Los supervivientes de la Atlántida ( Edit. Plaza y Janés, Barcelona, 1. 997 ) y Guirao Pedro, "La Protohistoria" (Ediciones Plaza y Janés, Barcelona, 1.979)
  5. Eco Umberto, CF : el arte de la conjetura, suplemento Intermedio, Barranquilla, agosto 4 de 1. 985.

Sincelejo, enero 3/98

 

 
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