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Pablito Flórez Camargo

El Universal

Domingo 10 de diciembre de 2000

Pablo Flórez
El sabor del porro

"A pesar de que en cada horcón de mi casa tengo un trofeo y mi cuarto está lleno de placas como si fueran epitafios de un cementerio, soy un hombre que me gusta caminar por los caminos del triunfo y me gusta reposar en los árboles de la felicidad".

Texto: NIDIA SERRANO M.
Fotos: FREDY LORA
EL UNIVERSAL Pablito Flórez

unca antes nadie había dado tanto sabor a un porro. Un porro que sabe a todo, a fiesta, a ron, a china 'esparascá' en fandango, a queso bien 'amasao' o a yuca harinosa 'mojá' en asiento de chicharrón.

Estos sabores, típicos de la tierra cordobesa, fueron plasmados en uno de los temas más célebres del compositor de Ciénaga de Oro, Pablo Flórez Camargo, el cual se ha convertido en un éxito en Inglaterra, Francia y España con Totó La Monposina.

Sentado en una mecedora, siempre a abrazado a su guitarra, el maestro Pablito, a sus 74 años aún se inspira para componer nuevos temas cuyo inventario ya supera los mil e incluyen boleros, pasillos, tangos, paseos, porros y fandangos que recogen las historias y leyendas de un pueblo, el amor por las mujeres, los episodios cotidianos y los anhelos de paz.

"Mis canciones las comparo con mis hijos porque todas provienen de mi corazón, de mi cerebro y de mi alma. Las quiero a todas", responde el maestro cuando se le pregunta cuál es el tema que más le gusta. Sin embargo, hay unas que han tenido mayor éxito como La Aventurera, Los Sabores del Porro, Fiesta Vieja, Juan Almanza, Para que te piques y El hombre aquel.

Rodeado de pájaros, pues se declara un amante de la ecología y la naturaleza, mira al infinito y hace de cada hecho una canción. Desde niño siempre fue un cazador y por ello ama la ecología y además de hacer numerosas composiciones de la misma, siempre utiliza en sus atuendos adornos con cuero de tigre.

Tiene decenas de sombreros, elemento que nunca falta en su vestimenta y todos ellos llevan un motivo ecológico al igual que la manilla del reloj, la correa y el carriel que siempre lo acompaña.

Con una serenidad profunda, haciendo de cada respuesta un poema, improvisa los versos más hermosos que luego toman ritmo con la guitarra.

PRIMERO CANTÓ A LOS PELAOS DE SU BARRIO

Los 'pelaos' que corrían en caballitos de palo por las calles de arena de su barrio en Ciénaga de Oro fueron el primer motivo de inspiración del maestro.

Tenía entonces 10 años y su mayor orgullo era un tambor que le había fabricado su padre, Pablor Flórez Barrera, un músico que formaba parte de la banda San José de Ciénaga de Oro, quien siempre confió en las habilidades artísticas de su hijo.

Su vida musical fue un proceso lento. Primero se unió a Manuel Antonio González, quien le enseñó algo de acordeón y luego fue escuchado por la orquesta de los Hermanos Saénz donde le propusieron que aprendiera a tocar batería y con una guitarra que tenía, Juan Saénz, director de la orquesta, dio sus primeros primeros pinitos hasta que finalmente lo vio Enrique Bonfante de Discos Fuentes, quien lo llevó a grabar a Cartagena.

UNA MUJER AVENTURERA

Las composiciones surgen, según Pablo Flórez, de las historias cotidianas y de las costumbres de su pueblo. Precisamente bajo ese precepto nació uno de los temas más sonados: La Aventurera.

"Hac tiempo que ha salido de mi tierra una mujer aventurera y nadie sabe donde está". Era la época en la que todavía no había equipos de sonido, hecho que motivó a Pablito Flórez a conformar un trío con Diego Espinosa y Filiberto González.

JUntos visitaban un burdel donde había mujeres muy bonitas y llegaban los mejores compradores de ganado. Esa tarde aparecieron de manera casi mágica tres mujeres: Petrona, María y Ninfa Isabel, la aventurera.

Fuen un amor profundo. Desde la primera vez que la vio se enamoró pero Ninfa Isabel jamás quiso perder su condición de aventurera y de mujer de la vida alegre, razón por la cual decidió irse sin dejar huellas.

Hoy, Pablo la recuerda con nostalgia. Sabe que ella aún vive pero se conforma con cantar el tema en todas la fiestas a las que asiste con el grupo "Pablo y sus hijos", del cual forman parte todos los miembros de su familia: Tairo quien toca la primera guitarra, Alcides Rafael y Marco Antonio.

Con ellos precisamente está trabajando el último trabajo discográfico que saldrá al mercado este mes de diciembre, titulado "Pablo y su folclore".

Son todos los porros de corralejas y los temas triunfadores en el Festival Nacional del Porro en San Pelayo donde ha sido declarado cuatro veces rey en la modalidad de porro cantado.

Este trabajo discográfico ha sido impulsado por la Gobernación de Córdoba y la Secretaría de Cultura para rescartar las tradiciones locales y para rendir un homenaje a uno de los mejores compositores que ha tenido la región.

Sin embargo, para él uno de los mejores homenajes es sentirse querido por las mujeres. "La primera base de todo hombre que tiene sentimiento es la mujer. Yo he sido un hombre muy enamorado y no me catologo de malas. Esto es una de las cosas que más me ha llamado la atención de mi vida ya que la suerte me ha acompañado a pesar de que ya los años me están haciendo una cadena de traición porque cada día que pasa es una piedra que se desgaja de la cantera de mi vida".

Se considera músico y poeta porque todas sus canciones son hechas con rima y con la medida musical que exige la composición. También se considera un hombre profundamente sensible.

"A pesar de que en cada horcón de mi casa tengo un trofeo y mi cuarto está lleno de placas como si fueran epitafios de un cementerio, soy un hombre que me gusta caminar por los caminos del triunfo y me gusta reposar en los árboles de la felicidad".

"EXTRAÑO LA PAZ"

Si hay algo en la vida que añore Pablo Flórez Camargo, esto es la paz.

"La paz ha querido desaparecer de nuestros ambientes, una de las cosas que reinaba en estas tierras. Ya en los caminos no se encuentran esqueletos de animales como en tiempos viejos, sino humanos muertos. Ya esa libertad que uno tenía de andar en los caminos y bañarse en los arroyos desapareció".

Esta situación lo motivó a componer un tema denominado "La cumbia está herida", que precisamente también grabó la momposina y que recoge la realidad que vive Colombia.

Adoro mi cumbia, mis ríos, mis montañas, mi palma, mi luna, mis indios y mi cabaña.
Mis campos eran sanos, no estaban manchados, llegaron foráneos, con el graje en la mano.
La luna está roja, será porque sufre, como ave en congoja, se sube, se sube.
Al oír como suenan, las metralletas, al inocente condenan y nadie protesta.
Lloran las madres y nadie protesta, los ranchos están solos y nadie protesta, no suenan tambores, temen por sus vidas, hay luto hay temores, la cumbia está herida.
Pablito Flórez en su finca hogareña
La finca "La Flojera" es un espacio en la misma casa de Pablito Flórez

 


 
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