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Raul Gómez Jattin
Alucinados .... Del hongo stropharia y su herida mortal derivó mi alma una locura alucinada de entregarle a mis palabras de siempre todo el sentido decisivo de la plena vida Decir mi soledad y sus motivos sin amargura Acercarme a esa mula vieja de mi angustia y sacarle de la boca todo el fervor posible toda su babaza y estrangularla lenta con poemas anudados por la desolación De la interminable edad adolescente otorgada por la cannabis sativa diré un elogio diferente Su mal es menos bello Pero hay imágenes en mi escritura que volvieron gracias a su embrujo enfermizo Ciertos amores regresaron investidos de fulgor eterno Algunos pasajes de mi niñez volcaron su intacta lumbre en el papel Desengaños de siempre me mostraron sus ví:sceras Hay quien confía para la vida en el arte en la frialdad inteligente de sus razonamientos Yo voy de lágrima en lágrima prosternado Acumulando sílabas dolorosas que no nieguen la risa Que la reafirmen en su cierta posibilidad de descanso del alma No de su letargo Voy de hospital en cárcel en conocidos inhóspitos como ellos Almas con cara de hipodérdmica y lecho de caridad Entregándole mi compañía a cambio de un hueso infame de alimento Toda esa gran vida a los alucinógenos debo La delicadeza de un alma no está casi en los que se apropia Sino en el desprecio de ese estorbo sangriento cual banquete de Tiestes que la opulencia inconsciente ofrece vana y fútil
Sus sentimientos más leves que las alas de las garzas pero fuertes como su vuelo Su virilidad la propia de un príncipe masculino soñador y altivo Su talante el del que no quería amar pero ama Su heredad la tierra Los míticos cebúes blancos y rojizos Un carruaje de madera y metal violeta oscuro Como sus ojos Tiene la noche de Damasco en ellos Su voz la del trueno diluida en el susurro de la brisa Su elegancia la del caballero del desierto Sus maneras la presencia de los antepasados orientales fumando el hachís Batiendo el aire con las pestañas negrísimas con un fondo morado de ojeras de adicto ancestral Tendido sobre un cojín de seda verde pistacho Sus alimentos las almendras Las aceitunas El arroz La carne cruda con cebolla y trigo El pan ácimo Las uvas pasas El ajonjolí El coco El yogur ácido Sus colores el negro El azul y el magenta Sus elementos el aire y la tierra Su presencia la de un joven dios agrario alejando el mal invierno Regalando su fuerza al débil del campo Su esencia íntima la del adolescente eterno que habita la ilusión del poeta y su locura de alcanzarlo en su pleno tránsito fugaz hacia la madurez familiar a los hábitos poco felices Su sentido unánime el de la saeta y el corazón palpitante de la agonía del éxtasis erótico Su placer el desbordamiento íntegro del ser sobre mis sueños abandonados entre sus manos Su eternidad en mí la del amor largamente deseado en lo esencial de cada instante De cada poema
Veneno de serpiente de cascabel
Gallo de ónix y oros y marfiles rutilantes quédate en tu ramaje con tus putas mujeres Hazte el perdido El Robado Hazte el loco Anoche le oí a mi padre llegó tu hora Mañana afílame la tijera para motilar al talisayo Me ofrecieron una pelea para él en Valledupar Levántate temprano y atrápalo a la hora del alimento Dijo mi padre Talisayo campeón en tres encuentros difíciles He rogado y llorado que te dejen para siempre como padre gallo Pero a mi viejo ya le dieron el dinero y me compró un juego de dominó para engañarme Pero ya estás cantándole a la oscuridad para que se vaya Te contestaron tus vecinos Y mi padre está sonando sus chancletas en el baño Es imposible evitar que te manden otra vez a la guerra Porque si mañana te espanto padre de todas maneras hará prenderte por José Manuel el indio Así que prepárate a jugarle sucio a tu contendor Pues le robé al indio un veneno de serpiente cascabel para untarlo en las espuelas de carey En medio del tumulto y la música de acordeones me haré el pendejo ante los jueces que siempre me han creído niño inocente y te untaré el maranguango letal Es infalible como el mismo diablo Voy a apostar toda mi alcancía a nuestra victoria Con lo ganado construiré un difraz de carnaval Y lo adornaré con tus mejores plumas
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