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Raul Gómez Jattin
Rubén habla de su hermano Raúl Entre rosas y espinas
Blanca Brunal No es poeta ni escritor como lo fue Raúl, es veterinario y se dedica a la docencia en la Universidad de Córdoba, pero sus apreciaciones sobre la vida de su hermano tienen una gran profundidad como si se tratara de cualquiera de alguno de sus versos. Hoy a Rubén sólo le basta recordar todo ese recorrido que hizo de la mano de Raúl durante su infancia, su adolescencia y durante los momentos más críticos de su vida adulta para reconocer en él a un verdadero ser humano capaz de desatar un huracán y luego amansar la rabia contenida que producía, con uno de sus poemas más tiernos y significativos. Y tener siempre presente aquella frase que le escribiera en una carta que decía: "Aunque tú no lo quieras, yo soy tu hermano y aunque yo no lo quiera, tú eres mi hermano". Rubén fue su único hermano, el mayor. Nacieron de un matrimonio de viudos: Joaquín Pablo Gómez Rainero y Lola María Jattin Safar. "Mi padre era abogado, fue profesor de sociología en la Universidad de Cartagena y trabajó 30 años con el Poder Judicial. Fue el primer Magistrado del Tribunal Contencioso Administrativo de Córdoba y la persona que más influyó sobre la vida de Raúl. Había un gran nexo entre ambos, debido a que Raúl era asmático y recuerdo ver a mi padre cargándolo sobre sus piernas, meciéndolo día y noche, hasta dos días seguidos para aliviar su mal". Raúl nace el 31 de mayo de 1945 en la ciudad de Cartagena porque en Cereté ni en Montería habían hospitales y por precaución, debido a que su mamá era una mujer ya mayor. Pero es en Cereté, en el barrio Venus, donde transcurre su infancia, compartiendo con Rubén las amistades de Alvaro Cabrales García, Marta Cristina Cabrales García, Lázaro García, Ana Teresa García, Miguel Antonio Acuña y Benjamín Espinosa. Pero el asma lo limitaba mucho para sus juegos en la calle y su padre aprovechaba su encerramiento para inducirlo a la lectura, cosa que Raúl hizo con gusto, más cuando tenía a un excelente tutor como su padre que le gustaba también la lectura y lo llevaba al análisis crítico de las obras literarias. "Quizá mi padre descubrió en Raúl su gran talento desde que era muy niño y se dedicó a cultivarlo, quizá fue él quien le ayudó a su formación especial. Mi padre era una persona con una gran formación literaria, tenía influencia de los clásicos franceses, tipo Voltaire, y eso se refleja más tarde en Raúl. Considero que era una persona, quizá más culta que Raúl, pero era sencilla, más bien tímida, que nunca expresó estos grandes conocimientos fuera del núcleo cerrado de personas que lo conocían. Raúl por su parte, tenía una memoria extraordinaria, impresionante y prodigiosa. Podía grabarse de un libro de mil páginas las figuras que contenía. Mis amigos y yo, a manera de juego, le preguntábamos qué había en la página "tal" y él decía la figura que correspondía". Además Raúl era una persona de una fuerza física impresionante, "capaz de levantar una mesa con los dientes, cosa que si leemos sus poemas no lo creemos porque en ellos, por el contrario se ve es la ternura y las imágenes que tocan al corazón y al alma". Raúl y Rubén empiezan a estudiar la primaria en Cereté, en el Colegio de Doña Dolores Garrido de González y de allí pasan al Liceo Montería, donde son alumnos fundadores. Pero el asma, como una sombra inseparable no lo deja y lo obliga a regresar de nuevo a Cereté junto con Rubén. Posteriormente son enviados a terminar los estudios en Cartagena. Primero, Raúl estudia en el Colegio León Xlll y posteriormente, pasa a La Esperanza donde sale graduado de bachiller. Siempre fue un estudiante brillante en todos los colegios donde estudió, destacándose en el área de sociales y los idiomas. Fue compañero de Juan Gossaín Abdala. Cartagena le permitió descubrir ese otro mundo del cine y desde muy niño se iba a las salas a ver excelentes películas. Lo que había aprendido con su padre en el análisis de los libros, ahora lo ponía en práctica, haciendo críticas y comentarios profundos de las películas. Si de niño ya demostraba su gran inteligencia, la máxima prueba que da de su capacidad intelectual lo hace a los 15 años en Cereté cuando regresa de Cartagena, nuevamente perseguido por el asma, cuando entra a trabajar como profesor de Historia Antigua en un colegio regentado por un profesor de apellido Doria Escudero, despertando en toda la sociedad cereteana mucha admiración. Nunca se daba por vencido. Prueba su capacidad de docente en la Normal del Carmen, donde dicta clases en el área de sociales. En 1967 decide estudiar Derecho y se va a Bogotá a la Universidad Externado de Colombia. "A los dos años de estar en Bogotá, Raúl, a pesar de ser un provinciano, de la noche a la mañana pasa a ser la figura de teatro en Colombia, dirigiendo a la par de Carlos José Reyes, Enrique Buenaventura, de Santiago García. El dirige el grupo de Teatro del Externado. Ese es quizá uno de los hechos que presagiaban la calidad intelectual y su genialidad. Se presenta en el Concurso Internacional de Manizales. Esto le representa su gran triunfo y su gran decepción. Triunfo porque surgió en tan poco tiempo, siendo un provinciano y desilusión por el hecho de que el grupo de él es rechiflado, no por malo, sino por razones de tipo político. En ese momento, quien no hiciera teatro político estaba relegado y él nunca siguió esa línea, su teatro era clásico. Aquí viene su primer choque. Eso causa un gran impacto psicológico en él, se frustra y ese golpe lo desilusiona en su espíritu teatrero. Sin embargo hace algunos intentos. Monta algunas obras, y una de ellas es traída a Sahagún y Cereté, gracias al apoyo financiero de Germán Bula Hoyos. En ese entonces, lo acompañaba Margoth Velásquez, hoy actriz de televisión, y Carlos José Reyes". "Esa etapa de la vida de Raúl, su gran frustración en los inicios del teatro, a mi modo de ver, le crea un conflicto interno. Se viene a Cereté y entra en una etapa crítica. Se siente desubicado v quizá en este momento, se puede pensar que es preso de la droga. Su depresión v desilusión es un terreno abonado para caer en los efectos de la droga". "Mientras tanto, mi padre se hacía muchas ilusiones, conociendo su inmensa capacidad, en que llegaría a ser un gran jurista. Pero Raúl renuncia a ello, aunque termina la carrera de Derecho, no se gradúa y renuncia personalmente a ser abogado". "Entra en una crisis de su persona. Se siente frustrado. No encuentra salida y se profundiza su caída en la droga. Y se da el choque con mi familia y la ciudadanía cereteana. Nosotros no estábamos preparados para aceptar a una persona con un tipo de problemas de droga. Esta era un tabú, no era usual conocer gente drogadicta. Pensamos que estaba loco". En 1976 muere su padre y "muere quizá el único freno que él tenía y eso lo afecta mucho porque era la persona a quien más quería y a quien más respetaba. Mi padre no alcanzó a conocer la parte poética de él, porque murió uno o dos años antes de que empezara a escribir. A él le tocó vivir esa parte negativa de Raúl en que estaba sumido en la desesperación porque le habían truncado su carrera en el teatro". "Yo recuerdo a Raúl como un buen hijo, un buen hermano, pero un mejor tío, fue una persona que quiso mucho a mis hijos, inclusive muchas veces engañaba a mi padre, le pedía más dinero del que necesitaba con el fin de dárselo a mis hijos, así era él. Pero a raíz de la muerte de papá, su personalidad, se tuerce y empieza una lucha con nosotros. Era una persona que se consideraba libre y desatada. Para él nunca existía alguna atadura, y no aceptaba ningún tipo de compromisos, ni legal ni moral. Para él la moral era lo que quería hacer. El hecho de actuar, de proceder en esta forma ante la sociedad, le crea un conflicto con nosotros, porque nosotros no estábamos preparados". "Yo me quedo como jefe de la casa y mi formación técnica - porque yo soy técnico, no soy poeta ni literato - no me permitía durante mucho tiempo entender la magnitud de su obra. Empiezan las visitas a las clínicas psiquiátricas porque nosotros creímos que era locura, íbamos a Medellín, 14, 15 veces, qué sé yo, idas y venidas a la clínica y no se veía mejoría". "Luego viene una etapa en la cual él acepta la ayuda de nosotros, acepta una convivencia con nosotros. Pero también confieso que yo cometí el gran error de alguna vez, en esos momentos críticos y de desesperación, de conseguirle la droga, porque en realidad no sabía qué hacer con él. Pero esto posteriormente, lo rectifiqué, porque en estos casos es contraindicado". "En una de sus venidas de la clínica empieza a escribir uno de sus poemas. A mi modo de ver, Raúl tenía el potencial artístico, un gran potencial artístico. El, primero buscó una canalización en el teatro, pero no lo dejaron porque se encontró con una muralla que era el teatro político. Se le vino el conflicto consigo mismo y encuentra la salida con la poesía. Encuentra en la poesía el encauzamiento a su gran desilusión en el teatro. De las primeras poesías que hizo fue "Qué te vas a acordar Isabel..." que se la dedicó a Marta Cabrales García de Ferrer, amiga de ambos en nuestra infancia, es como una hermana. Esta poesía fue publicada en México en el periódico Excelsior.
de la rayuela bajo el mamoncillo de tu patio de las muñecas de trapo que eran nuestros hijos de la baranda donde llegaban los barcos de La Habana cargados de... Cuando tenías los ojos dorados como pluma de pavo real y las faldas manchadas de mango Qué va tú no te acuerdas En cambio yo no lo notaste hoy no te han contado Sigo tirándole piedrecillas al cielo buscando un lugar donde posar sin mucha fatiga el pie Haciendo y deshaciendo figuras en la piel de la tierra y mis hijos son de trapo y mis sueños de trapo y sigo jugando a las muñecas bajo los reflectores del escenario Isabel ojos de pavo real ahora que tienes cinco hijos con el alcalde y te pasea por el pueblo un chofer endomingado ahora que usas anteojos cuando nos vemos me tiras un "qué hay de tu vida" frío e impersonal Como si yo tuviera de eso "Después vienen otras crisis. Rompe todos los nexos conmigo y con mis hijos. Yo entiendo hoy esa ruptura. El no aceptaba críticas. Prefería pelear con las personas más queridas, más allegadas con tal de no tener nadie que le criticara su actitud. En ese momento uno no se explicaba por qué una persona que nos quería tanto, de la noche a la mañana, se volvía nuestro enemigo. Quizá lo único que lo ató en su vida a él fue la droga, pero le servía de pronto para escapar de los problemas de la vida. El le huía a la realidad y la realidad éramos nosotros y cualquier persona que le daba la mano". "Y la figura del Padre él la quería romper, cualquier norma social le molestaba- Y ponía como ejemplo siempre la "Carta al Padre" de Franz Kafka". "A mi modo de ver, él era una persona que chocaba con los amigos, con los familiares y lo hacía con el fin de que nadie le criticara su "estilo de vida". "Para nosotros fue muy difícil entender su estado, hasta el punto en que tuvimos que irnos de Cereté huyéndole. En casa vivía con mi madre, conmigo y mis hijos. Mi madre estaba ya anciana, de unos setenta y tantos años. Pero nos fuimos, no por odio hacia él o por rencor, sino por temor, porque era imposible convivir con una persona en estado de exaltación, exaltación producida por el alucinógeno, y porque podía hacernos un daño. "En uno de los choques que tiene con mamá, me la tuve que llevar a escondidas para Montería donde permanecio año y medio escondida. El de pronto dice en uno de sus escritos que "lo abandonó cuando más lo necesitaba". Quizá fue un momento de rabia por parte de él porque él era una persona . posesiva y pensaba que quien se apartaba de su lado, lo abandonaba. Su mismo estado crítico no le permitía razonar la situación. "Mi madre tiene que irse de Cereté, fracturada de una pierna, luego se fracturó otra pierna huyéndole. Muere en Montería en el año de 1984 y le hicimos ver a Raúl que había muerto en Venezuela y que le habíamos hecho un entierro simbólico. El reacciona y es cuando escribe los versos más bellos. Más allá de la noche que titila en la infancia Más allá incluso de mi primer recuerdo Está Lola - mi madre - frente a un escaparate empolvándose el rostro y arreglándose el pelo Tiene ya treinta años de ser hermosa y fuerte y está enamorada de Joaquín Pablo - mi viejo - No sabe que en su vientre me oculto para cuando necesite su fuerte vida la fuerza de la mía Más allá de estas lágrimas que corren en mi cara de su dolor inmenso como una puñalada está Lola - la muerta - aún vibrante y viva sentada en un balcón mirando los luceros cuando la brisa de la ciénaga le desarregla y el pelo y ella se lo vuelve a peinar con algo de pereza y placer concertados Más allá de este instante que pasó y que no vuelve estoy oculto yo en el fluir de un tiempo que me lleva muy lejos y que ahora presiento Más allá de este verso que me mata en secreto está la vejez - la muerte - el tiempo incansable cuando los dos recuerdos: el de mi madre y el mío sean sólo un recuerdo solo: este verso "Nuestra vidas se sucedían entre esas peleas, podríamos decir, entre esa cultura de oposición contra todo lo que se atravesara en su camino, porque consideraba a su familia como un obstáculo para poder vivir esa vida desbocada, que lo liace proceder como un huracán que arrasa con todo, pero que a la vez iba sembrando con su poesía. "Destruyó y digo esto entre paréntesis, pero sembró una gran obra de la cual nosotros nos sentimos orgullosos, aún cuando me tocó decidir a mí en atender su situación o atender a mis hijos. En el momento más crítico de su vida, yo tenía seis hijos, con uno próximo a ingresar a la universidad y me tocó escoger, porque los recursos económicos de un profesor no dan para alimentar a una familia y sostener a una persona en una clínica que cada día se comportaba peor y que no dio nunca señales de modificar su conducta, que cada día era peor. Además nosotros no entendíamos su situación y optamos por dejarlo a su libre albedrío". "Quizá esto le permitió a él, en algo, reflexionar. Se va a vivir a Cartagena en donde ya conocían su obra y es acogida con más fuerza que en Cereté, aunque en Montería habían unos movimientos literarios, como El Túnel que ya lo conocían y lo valoraban". Nuevamente, como cuando era niño, llega a la ciudad amurallada. Pero ahora ya no llevaba asma, iba con el alma contagiada, enlodada por la droga y la soledad a cuestas. La soledad lo acompañaría siempre y de ella haría también versos y de ella también intentaría desatarse. Deja su Cereté querido en manos de los recuerdos de juegos entrecortados, entre libros que se enmohecieron con la muerte de su padre y el fantasma de una madre que nunca supo donde quedó. Vivir de manera desatada, leyendo a los cuatro vientos versos, caminando descalzo por cualquier calle, no es cosa que en esta ciudad escandalizara mucho. A él lo acogen como el poeta y punto. Aunque ya conocían algo de su obra, sus recitales en la Universidad de Cartagena, lo proyectaron más. Cartagena se convierte en su refugio, allí hace nuevas amistades que también comenzarían a quererlo en las buenas y en las malas. Entre ellos están Enrique Jatiff, Gustavo Padrón, María Nelly Mendoza, Mara Berrocal. Son ellos quienes logran hacer contacto con el Gobierno de Cuba y hacer que Raúl reciba un tratamiento de recuperación. Eso hace dos o tres años". En Cereté también existe otro grupo de personas, entre ellas Lena Reza, Carolina Patiño y Lázaro Reza, que comienzan a organizarle recitales y apoyarlo. "Es como si vieran a Raúl de otra manera, no ven su aspecto negativo, sino su valiosa obra y lo hacen primero que yo. Yo hasta ahora es cuando estoy viendo las cosas de otra manera". Se va Raúl a Cuba y permanece allá durante cinco meses. Por primera vez salía del país, logrando quizá uno de sus sueños que siempre tuvo cuando aún vivía su padre. Quería irse para Europa, pero los quebrantos de salud de su padre, se lo impiden y luego ese sueño se esfuma. "Contrario a lo que dicen algunas personas que la poesía de Raúl es una poesía enferma, porque es la poesía de un loco, yo digo que eso es absurdo, y que eso es mentira. Que Raúl se drogaba para escribir... JAMAS, él nunca produjo nada en los momentos en que se encontraba bajo los efectos de la droga. El generalmente, o siempre escribía después de salir de una crisis en el proceso de descanso. Porque en ese estado, para él era imposible concentrarse, estarse siquiera quieto. A él siempre lo recuerdo escribiendo en una hamaca, ese era su lugar predilecto para hacer versos". A su regreso de Cuba hace un recital en Cereté donde fue aclamado. Era como si hubiese resucitado, como si un nuevo hombre, aunque en su aspecto físico se veía desmejorado, su mente se mostraba clara y lúcida, volvía a ser el dueño y amo de su gente de Cereté. "Ese día nos llamó y fuimos a verlo en el Club Campestre de Cereté. Su presentación fue un éxito. Parecía que era el comienzo de un acercamiento más con él. Hasta nos invitó a celebrar. Yo vi un gran cambio en él. Cuando departíamos alegremente, inclusive se negó a tomar alcohol". "Esa ida a Cuba, a mi modo de ver tuvo una positiva influencia en Raúl. Fueron unas terapias de grupo que lo llevaron a tomar conciencia, aún cuando yo creo que si hubiese sido por un período más largo, el resultado hubiese sido más positivo. Pero luego vienen otras recaídas. Sin embargo logra escribir otro libro". "En un recital anterior, un día me dejó una carta, eso fue antes de irse para Cuba, donde me decía: 'Aunque tú no lo quieras, yo soy tu hermano y aunque yo no lo quiera, tú eres mi hermano, acabemos con esta situación de tensión familiar'. Nosotros acogimos su petición". "Nunca le guardamos rencor. Siempre conservamos ese aprecio y respeto hacia Raúl aunque estábamos apartados de él, más por miedo que por otra causa. Es que él chocaba contra todos nuestros principios de una vida en familia". "Sus choques con la familia no sólo se dieron con los vivos sino también con los muertos. Ni de niño aceptaba presiones de ninguna índole. Lo demuestra en un poema que le escribe a mi abuela Catalina Saffar, en donde prácticamente la trata a fuetazos. El no le perdonaba que cuando era un niño, ella le exigiera tanto, que le exigiera alguna cosa, que no saliera a la calle, que hiciera la tarea, algo que le reprimiera. Era una persona sumamente sensible". "Hace unos cinco meses volvió a Cereté. Luego se regresó a Cartagena. En Cartagena, en el Hospital San Pablo lo acogieron siempre muy bien. El psiquiatra Cristian Ayola, no sólo fue su médico, sino un gran amigo. Y el amigo de su vida fue el psiquiatra José Luis Calume y su esposa Zita Figueroa, compañero de andanzas en Bogotá, mientras estudiaban. Como todos los amigos de él, fueron víctimas también de su desenfrenada conducta agresiva, a pesar de eso jamás le guardaron algún rencor. Fue amigo de él también el psiquiatra Alvaro Solano Berrío". "En Cartagena se tejió la versión de un suicidio, lo cual me niego a aceptar, no porque sea su hermano, sino porque él nunca atentó contra su vida. El era una persona que se quería, él era dueño de su ego y no creo eso. El suicidio de esa manera, hubiese sido una manera muy burda para él." "Siento que ha dejado un profundo vacío en la familia, aun cuando se piense que a nosotros nos importaba "un bledo" su vida. Veinte años de luchas y de situaciones difíciles, quizá endurecen un poco, pero ante la muerte de él todos nos hemos sentido consternados porque realmente no estábamos preparado para que su fin fuera de esa manera tan trágica".
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