El afán obsesivo de llegar a la Gobernación de Córdoba por parte de Jaime Torralvo, contrasta con su ausentismo en el despacho del Palacio de Naín.
Parece mentira, pero durante estos nueves meses la noticia no ha sido el gobernador Torralvo, sino los gobernadores encargados.
Cuando encargó a Manuel Jiménez Bula -quien en ese momento era Jefe de la Oficina Asesora de Comuniciones y Protocolo-, hubo revuelo en el gremio periodístico del Sinú, ya que era el primero de su gremio que se sentaba en la silla del Gobernador.
No menos bulla causó el encargo del Secretario de la Juventud –Omar Darío Flórez Lozano-, quien se constituyó en el más joven de los gobernadores del departamento, así haya sido apenas una palomita.
Pero el que batió todos los records fue Ariel Isaías Arteaga Díaz –Secretario de Gobierno-, que -al hacer las cuentas con lápiz y papel- estuvo muchísimo más tiempo a cargo del despacho que el mismo Jaime Torralvo.
En el caso de Ariel Arteaga se aplica aquello de que nadie sabe para quién trabaja. Después de tantos líos jurídicos –de los que todavía queda pendiente el fallo de la Corte Constitucional- y de los costosos pagos a los abogados por parte de Torralvo, al final quien resultó premiado fue el fiel Secretario de Gobierno.
Pero la tapa de la caja es que el gobernador Torralvo no estuvo en el acto de rendición de cuentas del pasado 20 de diciembre de 2007. Utilizando la vieja frase de cajón, 'brilló por su ausencia'. Igual a como ya lo había hecho el 18 de junio de 2007 en la celebración del 55º aniversario del departamento de Córdoba.
Si fuera un alumno de escuela, hubiera perdido el año por faltas.
En estos días de palabras raras, se puede decir que el triunfo de Jaime Torralvo fue una 'victoria pírrica'. Recordemos que Pirro –rey de Epiro- derrotó dos veces a los romanos, pero su ejército sufrió la baja de dos tercios de los soldados. De esa experiencia dijo que con otra victoria igual estaría totalmente perdido.
Lo que causa desazón es que los mismos que atacaron a Libardo López Cabrales –sin dudas el mejor gobernador que ha tenido Córdoba-, callaron ante la disminuida y ausentista gestión de Jaime Torralvo.
Sólo ahora, a pocos días de terminar su efímero mandato, es que se dan cuenta que Jaime Torralvo Suárez gobernó en cuerpo ajeno.
Algunas fuentes achacan este comportamiento levítico del gobernador Torralvo a una grave enfermedad. Hasta el punto que en la prensa se llegó a publicar que “había muerto luego que los médicos le diagnosticaran un cáncer”.
En la parte de abajo se encuentran los vínculos para leer la información de los periódicos sobre el tema.
© Carlos Crismatt Mouthon - Montería, diciembre 21 de 2007