Ramón Elejalde Arbeláez
ramone@une.net.co
Por asuntos familiares y personales estuve parte de esta semana que termina en el departamento de Córdoba, pude percibir en todos los escenarios posibles un total asombro de sus gentes por la pena impuesta a Juan Manuel López Cabrales por la H. Corte Suprema de Justicia.
Inicialmente me dijo una persona ajena al Departamento, pero que lleva viviendo hace unos dos años en él, que era imposible concebir la condena a Juan Manuel López, cuando él había sido el dique contra el paramilitarismo. Esa frase me quedó taladrando, pues de alguna manera desde esta misma columna y cuando se le dictó la medida de aseguramiento, yo defendí al senador López Cabrales. Me hice el propósito de indagar en más sectores de la sociedad a cerca de la opinión sobre el tema. Créame, apreciado lector, que en el departamento de Córdoba es unánime la extrañeza de la ciudadanía por la condena al senador López. Los pobres, los ricos, sus amigos, sus contradictores, las gentes del común, todos a una defienden la integridad del dirigente y creen que la H. Corte se equivocó creyéndole a Salvatore Mancuso.
He sido un tenaz defensor de la Corte, he suscrito cuánto comunicado se ha producido en el País respaldándola en el inexplicable acorralamiento que el Ejecutivo ha impulsado contra ella. Tengo un alumno y un compañero de cátedra entre los H. magistrados y conozco de su solvencia moral y profesional, pero estoy absolutamente convencido de que en el caso que nos ocupa se cometió una tremenda injusticia, salvo que ahora, que es perfectamente válido dar a la publicidad algunas pruebas, nos entreguen la que los llevó al convencimiento de la responsabilidad de Juan Manuel, porque por lo que se conoce, todo es muy pobre y es hilar sumamente delgadito frente a la libertad, el buen nombre y la imagen de un hombre público que le ha servido a su pueblo. No puede primar el dicho de Mancuso frente a la contundencia de los hechos: Juan Manuel fue el enemigo del paramilitarismo en Córdoba; le estaban vedados municipios como Valencia, Tierralta y otros de dominio exclusivo de las autodefensas; Juan Manuel fue víctima de los irregulares de extrema derecha, tanto que fue amenazado y tuvo que viajar intempestivamente a la Argentina para preservar su vida. Tampoco puede ser más importante el dicho de Mancuso que lo que afirmaron dentro del proceso ex presidentes, ex ministros, ex procuradores y muchas más personas honorables. Uno no puede comprender cómo las afirmaciones de don Salvatore sirven para condenar a López Cabrales y no son aceptadas frente a otros procesos. O el Mono Mancuso dice la verdad en todo o miente en todo, pero no puede ser que al versionado se le crea para un lado y no se le crea para otros.
¿Qué tal afirmar que las autodefensas tuvieron funcionarios dentro del Gobierno de Córdoba? ¿Era Juan Manuel nominador en ese Departamento? ¿Se desempeñaba paralelamente como Gobernador y como Senador? Vaya paradojas.
La Revista Cambio decía el 26 del mes pasado que la Sala Penal de la Corte tenía resuelto el problema de Juan Manuel López antes de un viaje de la Sala al Chocó por cinco votos contra cuatro a favor del dirigente político y que luego del viaje y por consideraciones económicas consistentes en la posible demanda que se vendría por la detención del investigado por tantos meses, optaron más bien por condenarlo. Me resisto a creer semejante afirmación. No me explico cómo la H. Corte no ha desmentido una publicación tan macabra. ¿No son las pruebas ni es la existencia de una conducta punible, ni la responsabilidad de quien tuvo la intención de cometerla, la que valoran nuestros jueces, sino las connotaciones económicas que la absolución a un inocente pueda acarrear? ¡ Terrible! Merecemos una explicación y que se publique el expediente y que se publiquen las pruebas, porque las gentes de Córdoba en especial las humilladas y perseguidas por el paramilitarismo, no creen en esa justicia que condenó a Juan Manuel López.
Me resta invitar a los magistrados o a sus amigos o a sus familiares para que si se dan una pasadita por Coveñas, averigüen a su paso por poblaciones cordobesas por lo que aquí afirmo.