Como el señor Mancuso estaba obligado a decir toda la verdad, nada más que la verdad y sólo la verdad en las declaraciones que rindió ante el Fiscal General de la Nación y en las cuales se refirió a la reunión de Santa fe de Ralito, que menciona el diario El Tiempo en su edición de hoy, espero que haya revelado en esa oportunidad cuáles fueron las razones por las cuales el entonces gobernador de Córdoba, y yo, hicimos presencia de manera accidental en la mencionada reunión, reunión de la cual no teníamos información previa ni tampoco a ella se nos había citado ni directamente ni por intermedio de persona alguna.
Habrá dicho – si dijo la verdad- que llegamos a ese lugar, después de haber logrado que él, ese mismo día y en otro sitio, desactivará frente a otros comandantes de las AUC, la orden que había dado de asesinarme; orden a la cual se refirió Carlos Castaño en su libro "Mi Confesión" (pág 367)
Debo aclarar que mi familia, cuando regresé de E.U, donde me encontraba de vacaciones, me enteró de la amenaza de Mancuso contra mi vida, porque según él en el mes de mayo de ese mismo año (2001) yo había conseguido que la Fiscalía allanara su casa en Montería, y como eso era falso, mi familia insistió en que se aclarara ese mal entendido y obtuvo finalmente que Mancuso me escuchara no en La Gabarra como él quería, sino en una finca denominada por ellos la 06 del Alto Sinú, para lo cual me hice acompañar del Gobernador con el fin de que me brindará protección humanitaria.
Terminada ésta reunión, se nos obligó ir a Santa Fe de Ralito a escuchar a unos conferencistas que tratarían el tema sobre la paz, y en esa nueva reunión se nos presentó un papel, por unos hombres armados, para que lo firmáramos, con la finalidad de que se registrara la asistencia. En mi caso, no escuché la lectura de documento alguno ni se me entregó ningún texto para leerlo. Puedo decir, por ello, que no conocí ni firmé el documento que solo hoy se publica y presumo que la página en que aparece mi firma como asistente, fue agregada, sin mi conocimiento o autorización, a un texto del cual, repito, ni el Gobernador ni yo nunca estuvimos enterados de su contenido.
Con las anteriores precisiones, puedo afirmar enfáticamente que no adquirí compromiso con las Auc como consecuencia de las dos reuniones, y tampoco suspendí mi actividad de enfrentamiento político con ese movimiento ilegal, por la misma razón.
De esa actitud de confrontación – por haber sido pública y notoria - podrá dar fe el pueblo de Córdoba que me vio en forma ininterrumpida, confrontando políticamente a las Auc en mi departamento de Córdoba, en las peores circunstancias vividas por político alguno en el país, y a las cuales me referiré ampliamente ante la Corte, en caso de que se me llame a rendir testimonio sobre los hechos.
Esa constante confrontación, esos riesgos que corría todos los días, ponen a salvo mis firmes convicciones políticas como dirigente del Partido Liberal Colombiano. Y en la confrontación, para mi orgullo, fui siempre ganador, pese a que las AUC nos desplazó con amenazas de los municipios del Alto Sinú, donde no pudimos hacer presencia política durante diez años.
La persecución de las AUC contra nuestro sector político se prolongó hasta después de haberse iniciado el proceso de paz, pues el diputado de nuestro movimiento político, Orlando Benítez, fue asesinado en el año 2005, crimen ocurrido en los limites de la zona de distensión (Municipio de Valencia) que se atribuye a esa organización.
Debo recordar a la opinión de mi país, para que esté bien informada, de que yo fui secuestrado por las Auc; que contra mi, el señor Mancuso dio la orden de asesinarme, como ya lo había dicho, y como lo reconoció Carlos Castaño en el libro de "Mi Confesión" y sobre lo cual también hizo referencia el importante libro "La Palabra Bajo el Fuego" del ex presidente Pastrana (Pág. 363).
¿Quién puede señalarme, después de haber conocido mi comportamiento contra las AUC, como político connivente con ese movimiento para-militar? Hacerlo es una infamia, y puede tener la intención política de hacerle daño a mi Partido, distorsionando la verdad.
Estaré listo al llamado de la Corte, si lo considera del caso, ante la cual haré precisiones complementarias.
Juan Manuel López
Senador de la República
Montería, enero 19 de 2007