Por TOÑO SÁNCHEZ Jr.
En las próximas semanas se define la situación jurídica de Juan Manuel López Cabrales. No soy abogado, pero he aprendido que el Derecho es lógica y muchas veces hasta sentido común. Con este fallo se puede cometer la injusticia más grande de este país o reconocer de una vez por todas la realidad social, política e histórica que ha vivido este Departamento en el pasado.
Es de conocimiento público que hay muchas personas orando por la libertad de este congresista cordobés, pero también hay unos deseos incontrolables, de otros tantos, para que lo condenen. No porque sea culpable, sino por ir a cogerse lo que quede de su movimiento político, Mayorías Liberales.
Aprovecho para reconocer algo, cuando empecé mi carrera periodística en Montería casi nunca tuve una buena relación con el senador Juan Manuel López, por mi forma de hacer periodismo. El sentía que yo perseguía a sus funcionarios con mis escritos y noticias. Pero debo reconocer que jamás torpedeó la manera de ejercer mi profesión. Hago este comentario porque con este congresista existe una percepción equivocada.
Nadie creería que el único patrimonio que tiene López Cabrales es esa casa en el barrio El Recreo, que construyó en mucho tiempo con su sueldo. No tiene una vaca, no tiene fincas. Ha vivido de su salario y de hacer política, porque nació de una familia política y la política es una profesión y oficio, tan honroso como cualquier otro. Pero equivocadamente se le atribuyen millones de millones en sus cuentas y una larga lista de bienes. Ahh es que 'Juancho', como le dicen sus amigos y detractores, es orgulloso y prepotente, bueno eso no es delito. Esas son actitudes propias de los humanos. Además, quién no es orgulloso de lo que construye.
Muchos de sus amigos, con mucho cariño, han hecho colectas para el pago de sus abogados. Con lo que le sucede a Juan Manuel López se puede concluir que en esta bella región de Colombia vale más la apariencia que la realidad. Esto lleva a una gran pregunta, que jamás ha perdido vigencia en el Derecho Penal, cuando sucede un delito: ¿Quién y cómo se benefició del ilícito? Dónde está el beneficio de Juan Manuel López Cabrales por ser paramilitar o por firmar el llamado 'Pacto de Ralito'. ¿Se incrementó su patrimonio? ¿Creció su votación en las zonas de influencia paramilitar? Las estadísticas, esas mismas que son contundentes en otros momentos, ahora no lo son. ¿Por qué? Porque no sirven para soportar las hipótesis que se han elaborado. Mayorías Liberales sacó menos votos en zonas de influencia paramilitar en las últimas elecciones a Gobernación y Congreso en Córdoba. Históricamente allí eran fuertes, pero como por arte de magia en esas regiones se 'desaparecieron' sus electores.
Pero aquí salta un interrogante. El ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso se ratificó en sus declaraciones contra el senador cordobés. La verdad, en muy poquísimas oportunidades, tiene la virtud de ser esquiva cuando no se le acomoda en el contexto real. Mancuso tiene su verdad, pero no es la verdad verdadera. Este ex jefe paramilitar por ninguna razón se va a retractar, porque quiere demostrar a los jueces que él sólo dice la verdad y solamente la verdad, sin ni siquiera contextualizarla a la realidad política que se vivió en Córdoba, la misma que él ayudó, con plomo y sangre, a construir.
Vean este caso. Está declarando en Justicia y Paz, aquí en Montería, un desmovilizado que apodan 'El Pájaro'. Fue capturado con Mancuso en La Guajira hace años, pero aquel se quedó para que su jefe se fuera. Este ex paramilitar aseguró esta semana que Salvatore Mancuso ordenó llevarse todo el ganado de una zona del Sur de Bolívar, a donde fueron a operar. Mancuso cuando estaba declarando en Justicia y Paz jamás reconoció esto y tampoco admitió que desplazó. Pero el testimonio de 'El Pájaro' dice lo contrario. Es la verdad de uno contra el otro. Tal vez ninguno de los dos está mintiendo, pero cada uno tiene su realidad.
Es por esta razón que siempre he criticado este proceso de paz, en el sentido de que no dejaron que otros colombianos contaran la verdad, para que todos sintieran que eran escuchados y se pudiera llegar a una verdad restauradora, que llevara a corto o largo plazo al perdón, como se hizo en Sudafrica.
Juan Manuel López Cabrales pudo haber escogido el camino de la renuncia a su investidura y no lo hizo porque es un liberal que cree en el Estado Social de Derecho. Lo mismo pudo haber hecho Reginaldo Montes y no lo hizo. Está en manos de la Corte Suprema de Justicia no cometer una gran injusticia con estos dos parlamentarios cordobeses.
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