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Universidad de Córdoba

Las Corralejas

Por Carlos Crismatt Mouthon


Con una herencia común a todas la poblaciones de las antiguas sabanas de Bolívar, Montería también realizaba las famosas Corralejas del 20 de Enero, en las Fiestas del Dulce Nombre de Jesús. El lugar escogido desde 1924 era el de la Plaza Montería Moderna, situada entre las carreras 4 y 5 con calles 36 y 37. Por los desmanes del público asistente, que llegaron a matar los toros que salían a la plaza para descuartizarlos, estas fiestas fueron prohibidas en los años setentas.


Esta es una típica foto de corralejas, en donde los "garrocheros", en una formación delta, persiguen a uno de los toros.

En su reemplazo se propusieron otro tipo de celebraciones que no calaron entre la ciudadanía y que dieron punto final a estas festividades. Una de estas fiestas fue el Festival del Río Sinú -impulsado por Guillermo Valencia Salgado "El Goyo"-, que fue ignorado por la ciudadanía monteriana y tuvo que ser suspendido, pero que sirvió de gérmen para la creación del Festival del Porro en San Pelayo.

Por considerarlo de gran interés, a continuación se transcribe un trabajo que me fue presentado en la Licenciatura de Informática Educativa y Medios Audiovisuales por los estudiantes Yamid Fabián Hernández Julio, Fabio Fidel Mendoza González, Fredy Algarín Mora y Oneida Fernández Sotelo, y que recoge una amplia historia de las corralejas en el departamento de Córdoba.


CORRALEJAS DEPARTAMENTALES

PRESENTADO A:

Dr. CARLOS CRISMATT MOUTHON

ELABORADO POR:
YAMID FABIÁN HERNÁNDEZ JULIO
FABIO FIDEL MENDOZA GONZÁLEZ
FREDY ALGARÍN MORA ONEIDA FERNÁNDEZ SOTELO

UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA
FACULTAD DE EDUCACIÓN
DEPARTAMENTO DE INFORMÁTICA
LICENCIATURA EN INFORMÁTICA EDUCATIVA

Montería, Noviembre 05 de 1998

ÍNDICE

I. INTRODUCCION.

II. CORRALEJAS DEPARTAMENTALES.

  1. Cómo se organizaban las fiestas en corralejas.
  2. Las corralejas en la ciudad de Montería.
  3. Algunos toros famosos.
    1. El Chivo mono.
    2. El Barraquete.
    3. El 016.
    4. El Tapa e’tusa.
    5. El Carvajalino.
    6. El jabonero.
    7. El Pluma en el aire.
    8. El Pollera Azul.
    9. El Caja Negra
    10. El Camarrenga
  4. Otros toros célebres de la región.
  5. Garrocheros Famosos.
  6. Banderillas.
  7. Banderilleros de Córdoba y Sucre.
  8. La dinastía de los famosos manteros Hermanos Madera.
  9. Pueblos Famosos de Córdoba por sus corralejas.
  10. La tragedia de Sincelejo.
  11. El fandango Patronal.
    1. En qué consiste el fandango?.
    2. Cómo se desarrolla el fandango?,
    3. Las clases de fandangos.

III. CONCLUSIÓN.

IV. BIBLIOGRAFÍA.

I. INTRODUCCIÓN

El siguiente trabajo será uno de los trabajos más interesantes que hemos realizado en todo lo largo de nuestra carrera. El trabajo consiste en elaborar una consulta sobre un tema muy interesante, emotivo, de pública diversión, aunque muchas veces criticado como actos de barbarie, de cruento, de algo inhumano, pero que a muchas personas también les emociona estar en este espectáculo, el cual llama a muchos seguidores a nivel departamental, ya que nuestro Departamento es muy rico en estas festividades que alegran a los pueblos o municipios pertenecientes a él. Pero no solamente se realizan en el Departamento de Córdoba, también se realizan en el hermano Departamento de Sucre, porque también se destacan sus pueblos o municipios por sus famosas fiestas.

Lógicamente, al hablar tanto de ellas, nos referimos a un símbolo regional, o patronal, ya que muchas de las fiestas se realizan en los días de los Santos Patronos.

Estas fiestas son las populares fiestas de toros en corralejas en las que participan personas entre manteros, garrocheros, amarradores, fanáticos aventureros, banderilleros, los espontáneos, que se juegan la vida en un abrir y cerrar de ojos, ya que pueden ser malheridos por los cuernos o pitones de los toros, que hacen de la fiesta brava una delicia o diversión para los amantes de ésta fiesta popular en nuestra región.

II. CORRALEJAS DEPARTAMENTALES

ORIGEN: Fue en la península ibérica donde la actividad de lidiar toros bravos adquirió un carácter de pública diversión. José Cisnero Arriaga, escritor sucreño dice: " Las corralejas que en la antigua sabanas de Bolívar, hoy sabanas de sucre, datan del año 1827, cuando el señor Sebastián Zubiría decide celebrar las primeras corridas de toros a imitación de los de España, luego se lograron expandir por el litoral Atlántico".

César Corena Urzola en un artículo publicado en el magazín dominical del periódico el Espectador, dice: "Las festividades del 20 de Enero o dulce Nombre de Jesús, realizadas anualmente en Sincelejo tuvieron su origen por iniciativa de un señor Morales quién hacía fiestas con bailes y lidias de toros en su hacienda en el año de 1836".

Antonio J. Olier corresponsal del Espectador dice: "las fiestas de corralejas en Sincelejo comenzaron por allá en los años de 1820, cuando un sincelejano de origen español- don Chano Romero- tomó como primer escenario la plaza de San Francisco, y en ella se celebraron durante 85 años. Pasaron después a la plaza Majagual en el área urbana".

Ramiro de la Espriella sostiene que la primera corraleja que se hizo en Sincelejo fue el 3 de octubre de 1845. La cual es respaldada por otros autores de libros como la Diócesis de Sincelejo y otros.

Con respecto a Córdoba hay dos versiones discutibles, que tienen fundamento y solidez, una es defendida por don Mario Martínez, natural de la región del San Jorge y por el doctor Mario Giraldo Rodríguez. Ambos sostienen que las primeras fiestas en corralejas en Córdoba fueron hechas en Ayapel.

La otra versión la defiende el periodista Jairo Polo Herrera la cual es un tanto hipotética. Dice que fueron hechas en Berástegui (Cereté).

Roger Serpa escribe lo siguiente: "las primeras corralejas se hicieron a todo lo largo de la calle San José. Sólo había que tapar las bocacalles. Las casas eran de corredores y aleros volados con horcones afuera. El toril se construía en la plaza, al frente de la iglesia". En 1918 Gabriel Miranda Espinosa siendo alcalde dispuso que se hiciera en la plaza del palo de mango.


1. CÓMO SE ORGANIZABAN LAS FIESTAS DE TOROS O CORRALEJAS

Basándonos en los libros consultados por nosotros (Cultura del Porro, Historia de las corralejas), nos dicen que faltando tres meses para las fiestas, los vecinos hacían una gran reunión asamblea con los amantes de la fiesta. De esa reunión salían unos directivos, y en una segunda reunión de esos directivos, salían las juntas de fiestas.

Tradicionalmente, cuando se elegían los dignatarios se hacían sonar las "recámaras", que eran unos cilindros de hierro. Estos se cargaban con ladrillo pulverizado, pólvora negra y retacada con periódico; al colocarle fuego estallaban fuertes dejándose oír en toda la región, esta técnica desgraciadamente las estamos viviendo en estos días, pero no para decir que se eligieron los dignatarios de las fiestas, sino, para destruir o hacer daño a las personas, como es el caso de los cilindros utilizados en el Mitú, por parte de la guerrilla colombiana, más específicamente las Fuerzas Armadas Revolucionarias Comunistas(F.A.R.C.). Continuando con el trabajo, como eran dos, en la comarca se escuchaban dos cañonazos. Se estaba avisando que ya la junta de la fiesta se había elegido.

La junta de fiesta tenía la delicada misión de contactar a los criadores de toros bravos y convenir con ellos el número de tardes. Era tanta la espontaneidad del ganadero, que un mismo creador podía dar dos encierros de 35 y 38 astados.

Además de los toros,, había que conseguir la banda la cual se encargaba de amenizar o de ponerle ambiente a las fiestas, ya que sin ésta no podría ser una fiesta, además de alegrar a las personas, también se dice que a los toros les gusta la música. Una comisión se desplazaba a San Pelayo o a Pedraza. Eran famosas, la Central, la Bajera y la Ribana de San Pelayo. Con los finqueros se conseguía la madera; unos aportaban los postes gruesos, otros la varazón, el bejuco, y otros el camión para el acarreo. Cada vecino de la plaza aportaba dos o tres días de trabajo, quién no podía trabajar directamente, pagaba dos o tres jornales. El vecino que más aportaba tenía derecho a una entrada falsa, que consistía en sustituir las varas bien amarradas con bejuco, por trancas amarradas por cáñamo que se podían soltar y volver a colocar. Los hombres cavaban los hoyos para los postes y los muchachos sacaban la tierra. Esos muchachos eran reclutados entre los "sin oficios". En fin cada uno de los habitantes tenía que colaborar en lo que más podía para ayudar a que las corralejas fueran todo un éxito.

Se ha dicho en los libros consultados, que la construcción de la corraleja es una obra que requiere una gran cantidad de material maderable al igual que una gran fuerza de trabajo humano. También se hace necesaria una gran inversión de capital la que dará magníficos dividendos. En el año 1967, para construir la corraleja de la ciudad de Sincelejo, se hizo una inversión que superó el medio millón de pesos. Hoy después de 18 años para hacer la misma obra se estarían necesitando más de los seis millones de pesos.

Anteriormente esta labor artesanal estaba destinada a ser ejecutada por los habitantes de la clase baja de los pueblos donde se debían realizar las fiestas.

Hoy en día este aspecto ha cambiado mucho una vez que las fiestas han entrado al terreno de los grandes negociados monopolistas. Se ha llegado a adoptar la modalidad de que las corralejas sean hechas por una sociedad de palqueros. La sociedad de palqueros y la junta organizadora de las festividades llegan a unos acuerdos, los que se van a reflejar en un contrato el cual será firmado entre los miembros de las partes. El contrato contempla la construcción y posteriormente el desmonte de la corraleja. La sociedad de palqueros corre con los gastos de permisos, pago a las bandas de músicos, pago a los manteros, etc., y reciben el derecho a la explotación económica de los palcos y de los negocios instalados en la corraleja, lo que ha hechado al traste la imposición que recaía en los habitantes de los pueblos.

Don Luis M. Sáenz Martínez comenta que los palcos se adjudicaban a personas mediante la previa solicitud; seguidamente se expedía un recibo de tesorería una vez que él interesado había cancelado la suma acordada por la junta de las festividades. La persona o personas interesadas en la construcción de un palco, el cual no podía ser mayor de diez metros de largo, tenia que someterse a ciertas condiciones que aparecían al respaldo de cada uno de los recibos y que eran las siguientes:

  1. Todo constructor de palco está en la obligación de cercar la parte que le corresponde de toril cuando le sea notificado en proporción por el encargado de la dirección de la corraleja.
  2. Es prohibida la construcción de palcos de más de un piso, y los que tienen que construir en el tendido de sol, o sea en la calle 27 y 5 (en Montería) están en la obligación de cercar la parte baja que le corresponde, siendo completamente libres para el público.
  3. Las alturas de los palcos deben ser todas uniformes, con siete y medio pies de alto, y diez pies de ancho, lo mismo la enramada debe ser toda de la misma altura con el fin de darles todas las comodidades al público.
  4. Para seguridad del público una vez terminada la construcción del palco a más tardar para el cinco de Enero de 1946, deben llevar el visto bueno del encargado de la dirección de la corraleja con el fin de que el público tenga las garantías necesarias para su seguridad.
  5. Toda persona que le adjudique un puesto para el palco está en la obligación de cumplir todas las condiciones que al respaldo del presente recibo se refiere, una vez que lo firme como comprobante que aceptó tal contrato.
  6. Es indispensable la presentación del recibo de la tesorería de la junta al en cargado de dirigir los trabajos de la corraleja, como comprobante de haber depositado el valor del terraje que le corresponde para poder construir el palco.

Como podemos ver, en esa época del año de 1946, para construir la corraleja de Montería existían unas normas que debían cumplirse al pie de la letra. Todo esto se hacía para garantizar la seguridad y la comodidad del público que acudía a la corraleja.

Juan Santana Vega dice, más tarde esas rigurosas normas se dejaron atrás y dieron paso a la construcción de palcos de gran belleza arquitectónica cuyo conjunto venía a formar una verdadera obra de arte. Algún tiempo después cuando el modernismo empezó a contaminar las fiestas de toros, la corraleja adquirió la cursi redondez de los circos y ha empezado a echar al olvido la sencillez de su forma original. La forma original de los corrales era de una figura rectangular hecha de pura madera, construida por los trabajadores de los grandes hacendados que les gustaba amenizar sus fiestas ya sean personales o de alguna fiesta patronal.

El nivel de los palcos se emparejó con el rasero de la perfección; la virginidad de los antepechos de sus balcones, la violaron los carteles que anuncian el prestigio de los almacenes de las ciudades y la calidad de los productos de la sociedad de consumo, las varas de cañabrava, con olores a montes se cambiaron por las varetas procesadas por la sierra eléctrica o manual; La aspereza que crece en los bosques(bejuco) de la región fue suplantada por la ductibilidad de los alambres y por la insensibilidad de los clavos y pernos.

2. LAS CORRALEJAS EN LA CIUDAD DE MONTERÍA

Augusto Amador Soto escribió en su libro que las corralejas eran el espectáculo ancestral por excelencia de los monterianos. Se celebraban el Dulce Nombre de Jesús El 20 de Enero y San Jerónimo para el 30 de septiembre, con dos corralejas.

Estas corralejas se construyeron en la plaza de Bolívar frente a la catedral, hasta el año 1914; en la plaza Montería Moderno entre calles 36 y 37 con carrera 4; en los terrenos donde hoy está el mercadito del sur, y en la calle 41 con carreras 4 y 6. Augusto Amador Soto dice: " lo que siempre fue una fiesta patronal, sana y del pueblo, se empezó a dañar con la llegada de gentes que traían de otras partes, culturas diferentes. Apareció una juventud mal orientada, sin principios y sin valores, llevándose todo por delante, y apegada a lo ajeno, a lo mal puesto, es así como el 20 de Enero de 1969, en la antepenúltima Corraleja levantada en la calle 41, se formaron unas pedreras, lanzamiento de cáscaras y conchas de naranjas, botellas hacia los palcos y descuartizaron varios toros.

En 1970 se hace la penúltima Corraleja en el barrio Buenavista, donde hoy está el mercadito del Sur, y reaparecen los mismos vándalos. Quemaron los techos de los palcos. Arrancaban las tablas y se las llevaban, e intentaron sacrificar otros toros, pero la valentía de la gente buena, lo impidió.

Y la última, la Corraleja de 1971. La aparición reiterativa del salvajismo de una franja minoritaria, pero sin control que desprezó delante del público varios ejemplares; Lanzaban a los palcos las vísceras como en señal de odio, de rencor, etc. Los toros sacrificados esa tarde por la turbamulta delirante y ebria y como en un acto de repudio y protesta del salvajismo y a la discriminación de las mismas fiestas, eran del rico hacendado Martín Vargas, Pero estaban representados por su hijo Manuel. El encierro venía de los llanos orientales, puesto que su propietario era oriundo del interior del país en donde tenía propiedades, pero que últimamente había adquirido terrenos en el Departamento de Córdoba y quería hacerse partícipe de una de las tradiciones más representativas de la Costa".

Jairo Polo Herrera,(periodista) se encontraba transmitiendo las incidencias que ocurrían en esa tarde de toros, y don Clodomiro Castilla Barrios, conocido cariñosamente como el teniente Castilla y quien además era el presidente de la junta organizadora de las festividades, comentan que todo el personal que se encontraba en el interior de la Corraleja, una vez excitados por los efectos del licor, empezaron a quemar los palcos y a atacar a los toros. Se lanzaban contra ellos una vez que ellos salían a la Corraleja o le sacaban de los chiqueros, ya no para lidiarles sino para seguir cometiendo los actos de Felonía.

Para ello se habían armado de cuchillos, navajas, puñales, picos de botellas y con todo aquello que encontraban a la mano y que le pudiera servir para el descuartizamiento de los astados. Aún vivos los animales, les arrancaban pedazos de carne, los cuales se llevaban a sus casas y las vísceras eran lanzadas a los palcos atestados. Esto enterró definitivamente la Corraleja en la ciudad deMontería. De la cual sólo quedan los recuerdos de muchas personas, ya sean agradables y otros desagradables.

Juan Santana Vega dice: "Los actos de vandalismo que se cometieron esa tarde en Montería, además de ser una especie de protesta contra la barbarie de las corralejas, también se puede tener como el resurgimiento de actos primitivos llevados a cabo en España en la época de la caballería. Sin embargo, aquellos actos eran permitidos y realizados por la plebe a quien se le dejaba entrar al circo después del desjarrete para que hiciera con los toros atrocidades".

Entonces los amantes de la fiesta brava popular al ver que las fiestas de Montería se acabaron, se iban desplazando en grupos a Sincelejo a continuar disfrutando de la fiesta brava y con la terminación de la misma tradición en Sincelejo, las personas no hallaban otra salida que acudir a los centros urbanos donde se conservan las fiestas bravas, entre estos pueblos tenemos: Sincé y Sampués en Sucre, Planeta Rica, Pueblo Nuevo, Cotorra, San Pelayo, Ciénaga de Oro, Chinú, Colomboy en Córdoba. Augusto Amador afirma, la fiesta bonita es en los pueblos pequeños. La gente es sana y respetuosa del visitante; a nadie se le niega un plato de comida y si quiere llevarse un pastel para su casa, o dos libras de chicharrón, se lo envuelven en una hoja de bijao, y se lo llevan hasta el mismo carro. La banda se escucha en toda la redonda y lo complacen con el tema que le pida. Esa es la fiesta buena y es la que merece todo el apoyo de todas las personas amantes a este evento.

Para que las generaciones futuras recuerden cómo se armaban las fiestas en Corralejas en Montería, se transcribe el decreto No. 002 (tomado del libro Cultura del Porro) que está fechado a los 5 días del mes de Enero de 1971, ramo de Gobierno y por el cual se oficializaba lo que fue la última "Junta del 20 de Enero para las festividades de Corraleja", cortesía este documento, de Don Carlos Arturo Herrera Guzmán.

Presidente Honorario: Dr. Amaury García Burgos (Gobernador de Córdoba),
Mayor Fausto Manuel Zambrano (Comandante policía Córdoba),
Mayor (R) Hernando Medina Trujillo (Jefe del D.A.S.),
Presidente Ejecutivo: Dr. Ricardo Bechara Zainum,
Vicepresidente: Dr. Arturo Vega Sánchez,
Segundo Vicepresidente: Dr. Miguel Villamil Muñoz,
Tesorero: Dr. Ricardo Marrugo Jiménez,
Fiscal: Manuel Carrasquilla Pérez,
Secretario: Alvaro Martínez Meriño.
Jefe de Corraleja: Francisco Buelvas B. y Manuel Vergara.
Vocales: Francisco Gómez López, Roger León Rojas, Dr., José María Cabrales Espinoza, Dr. Alvaro Bustos Berrocal, Dr. Ramiro Sánchez Kerguelen, Dr. José Pupo Jiménez, Abraham Gánem, Balboa Flórez, Luis Francisco Buelvas, Augusto H. Méndez.
Doctor veterinario de los toros: Dr. Elkin Bechara Araque,
Médico de Plaza: Dr. José Correa.
Comité de Propaganda: Antonio Sánchez Charry, Vicente Robles Fernández, Carlos Cueto Chávez, Germán Gómez Peláez, Francisco Zubiría Roca.
Alcalde Mayor: Gregorio Flórez Gómez,
Secretario de Gobierno: Ricardo Rodríguez Jiménez.

3. ALGUNOS TOROS FAMOSOS

Todas estas fiestas no pudieron, o no pueden ser realizadas sin la participación de los toros. Augusto Amador Soto afirma que la fiesta brava estaba llena de toros que se hicieron célebres por su bravura y nobleza. Y porque realizaron actos que se salían de lo común, como saltar de la barrera de los circos y lanzarse sobre los tendidos, llenos de personas, donde lograban producir gran desorden y espanto. Toros que dejaron tras de sí, una larga y triste estela de muerte. Toros que pintaron el polvo de las plazas con el barniz de la sangre de muchas personas; ebrias unas, las otras sobrias, pero que todas fueron sorprendidas por la misma muerte, la que venía de los pitones(cuernos) vigorosos de esas bestias embravecidas.

La historia de estos toros, las tomamos con la referencia del libro Historia de las Corralejas, de Juan Santana Vega. Entre estos famosos toros tenemos:


EL CHIVO MONO: Toro de raza criolla. Nacido y criado en las propiedades del ya fallecido ganadero Vinicio Cordero S. La mezquindad de su estampa no denunciaba la malicia que escondía en su ser, ya que parecía un Buey, cuando pastaba en su dehesa, hiciera que muchas personas que nunca le vieron en corralejas se tomaran equivocados conceptos de su mal genio. Ha sido uno de los toros que más ha enlutado hogares en todos los pueblos del departamento donde hacía sus presentaciones y al nivel de la Costa.

El Chivo Mono era de una cornamenta ligeramente defectuosa. Lo que lo ayudaba a ser más rápido para coger a sus víctimas y propinarles sus pitonazos. Fidel Madera da testimonios que éste toro tenía la particularidad de golpear la corraleja y abrirse un tanto para ver quien caía de los racimos humanos que se hacían en las vallas y así poder cobrar una víctima.

Fue una tarde del 10 de Diciembre es unas fiestas patronales en Sahagún, mandó al hospital a más de cuatro personas, entre manteros y espontáneos. Fue una masacre horrenda. Esa tarde llamó la atención fue la manera o pericia con que el toro hundía el cuerno una vez que tenía a la víctima a merced suya.

La matanza más grande propinada por el Chivo Mono en los largos años de su carrera mortuoria en las plazas, la realizó en una fiesta en Planeta Rica. Esa tarde mató a siete personas entre ebrias y sobrias. Durante esa matanza, el toro le mantuvo dándole de cornadas en el aire sin dejar caer al suelo sus cuerpos, mientras que sus intestinos iban quedando regados por toda la plaza, por toda la arena.

Años después don Vinicio Cordero se lo regaló a don Jerónimo Berrocal, quien lo llevó por última vez, a una fiesta en Santa Lucía. Ya era un toro que se le notaba la fatiga en los ojos cansados que tenía. Esa vez se resistía a salir de los chiqueros porque prefería que la muerte la siguiera ejecutando otros de su especie y de las nuevas generaciones.

Más tarde, don Jerónimo Berrocal, se lo obsequió a don Orlando García quien se lo llevó a su hacienda "Tequendama" donde vivió los últimos días de su vida. De aquel despiadado y maligno toro sólo quedan sus inmemorables presentaciones en las plazas del departamento. De él sólo queda su cabeza disecada, empotrada en las paredes del comedor de la casa de don Orlando García, en la ciudad de Cereté. Quien dio muerte al toro fue Melanio Murillo, quien fue en su vida novillero, rejoneador de cartel, hacedor de toreros grandes como Pepe Cáceres y Alfonso Vásquez (Vázquez II) y además taxidermista de reconocida trayectoria Nacional, y embalsamó su testuz, porque se había hecho viejo y había perdido la vista. Allí permanece como un adorno grotesco, mirando con sus ojos muertos y amenazando con su cuerno un tanto caído hacia delante y abierto un poco hacia fuera, a los dueños de casa y a los visitantes.


EL BARRAQUETE: Fue uno de los toros más famosos que se han jugado en las corralejas del departamento de Córdoba. Su fama está basada, más que todo, en su criminalidad y en la facilidad con que alcanzaba a las personas de arriba de los palcos de la corraleja.

Una vez que hacía su entrada a la plaza empezaba a recorrerla en un trote muy particular, se dice que lo hacía como especie de rastreo para ver que personas se habían enganchado mal en la valla y poder cogerles.

El barraquete era un toro criollo, de pelambre negra que sabía valerse muy bien de sus dos cuernos así como de sus cuatro patas ya que también hacía uso de ellas para matar. Era como tener cuatro cuernos más.

Este toro cometió una serie de actos criminales durante el período que se mantuvo yendo a las corralejas, de los cuales se desprende la razón para tomarle como el toro más asesino y despiadado que ha pisado las plazas del departamento.

El acto más cruel que cometió el Barraquete en su carrera de muerte, lo hizo en una plaza de Cereté. Esa tarde mató a un muchacho imprudente que quiso alcanzar uno de los billetes que los ganaderos les tiran a sus toros para que éstos tengan mayor oportunidad de cogerles o de matar. El muchacho tenía una edad entre los 16 y 17 años, el cual casi nadie lo conocía.

El muchacho recibió una horripilante cornada en la parte baja de sus costillas falsas, que le produjo la muerte instantánea. La cornada le destrozó el hígado y los intestinos.

Una vez que el toro le mató, su cadáver fue llevado al anfiteatro del hospital local a esperar que lo reclamaran, pasaron tres días y nadie lo reclamó. Al cuarto día cuando se le iba a dar sepultura, apareció su padre, un señor de apellido Cuello quien resultó ser una persona adinerada y que andaba en busca de su hijo pródigo.

El propietario del toro, Miguel Soto, dueño de la hacienda "Cuba Libre", se lo dejó como herencia a su hijo Rafael Soto quien a su vez se lo obsequió o vendió a don Alejandro Saibis Sossa para que le sacara cría. Así ocurrió, el rico ganadero logró que le diera seis toretes con las mismas características físicas del padre; color, tamaño, y unas cornamentas por el mismo estilo, pero no tenían la bravura ni la malignidad del viejo reproductor.


EL 016: Toro de color negro con un alto porcentaje de la raza miura, nacido y criado en la hacienda El tomate, propiedad del ganadero cereteano, Laguando Barguil Rubio. Este toro pudo haberse hecho célebre por su bravura como lo son los astados nacidos en estas propiedades; pero lastimosamente fue famoso porque dio muerte a don Eugenio Sánchez Artega, hijo muy querido de Lorica; ciudad que lloró con lágrimas de dolor y con sentimiento de cariño su inesperada desaparición. La muerte de Sánchez Artega ocurrió cuando se desempeñaba como gerente de la Lotería de Córdoba, y todos los días, en las horas de la tarde, un a vez finalizaba sus labores en Montería, se desplazaba a la ciudad de Lorica donde tenía su hogar. Por aquellos días se realizaban fiestas de toros en la localidad de Cotorra.

Una de esas tardes de corralejas un toro negro que resultó ser "El 016", escapó del escenario de la corrida y siguió los rumbos de su dehesa sin que fuera perseguido por las personas encargadas de resolver estas situaciones; se olvidaron o quisieron ignorar el gran peligro que este animal representaba en aquellos caminos. Cerca de la localidad de Carrillo, el toro encalambró, allí en plena vía permaneció hasta las horas de la noche. En ese lugar le encontró el infortunado funcionario quien al verlo se bajó de su auto y quiso poner unas ramas para advertir a los demás conductores de su presencia en la vía, pero con tan mala suerte que el toro se puso de pie y le propinó un pitonazo en el estómago y le destrozó el hígado lo que le ocasionó una grave hemorragia y con ella la muerte. El chofer al ver el hecho quiso ayudarle pero casi corre con la misma suerte, entonces tuvo que esperar que el toro se alejara un poco, el chofer pudo rescatar al herido y conducirlo al hospital de su ciudad. En vano fueron los esfuerzos que se hicieron para salvarle la vida.


EL TAPA E’TUSA: Toro de pelo negro retinto y adornado con una lista blanca que le recorría el lomo desde la cruz hasta el rabo. De raza criolla pura. Criado en la ganadería Quibdó de propiedad del ya fallecido don Rafael Páez. Esta hacienda está ubicada en la región de la Madera, corregimiento de San Pelayo. Era un toro que se destacaba por su valentía en las plazas y por su mansedumbre en su dehesa.

Una vez en el municipio de San Antero, mató a siete personas entre manteros y espontáneos. Otra tarde que se llevó a la población de tres palmas, mató a tres personas, y cierto día que se le sacó a El Carito, le arrebató la vida a cuatro más, sin incluir el número de heridos. De sus otras presentaciones, en las plazas de provincia, no se puede dar una lista completa de las muertes que llevó a cabo, pero es muy posible que haya ocasionado el entierro de muchas personas más.

Este toro logró acabar con muchas vidas, pero también tuvo un final muy curioso, ya que al parecer, un pariente de alguna de las víctimas tuvo el deseo de venganza por la afrenta de la desdicha, y decide un plan macabro, pensó matarle de un balazo. Dicho lo iba a cumplir cuando se le diera la oportunidad y esa oportunidad se le cumplió en la hacienda "Las Manuelitas" también de propiedad del señor Rafael Páez, el astado recibió la descarga mortal en plena cabeza, la que le ocasionó, además de espantosos y lastimosos bramidos, una desesperada carrera que lo llevó a los rodeos de la hacienda "Quibdó", donde murió con las luces del día.


EL CARVAJALINO: Toro nacido en la hacienda "El Delirio", de propiedad de don José María Hoyos Vergara. Tenía un raro color, y ciento por ciento de raza criolla. La primera vez que se le llevó a las plazas fue en Buenavista. Allí logró herir a José Madera (" Maderita").

Recibió ese nombre a partir de que estuvo a punto de matar a un peón de apellido Carvajalino. Y los demás compañeros para referirse a la res la identificaban con el apellido del herido.


EL JABONERO: Toro de media casta, con grandes cuernos y una gran nobleza en la lidia, este toro no mostró su instinto asesino, como los anteriores astados, pero sí alcanzó a herir a muchos manteros.

El nombre de "jabonero" no se lo pusieron en memoria a los famosos toros españoles que llevaron este mismo nombre, sino porque poseía un color blanco sucio parecido al color que tiene el jabón.

Era de la cría de ganado de Don Arturo Vega, quien se lo regaló a Don José Banda López, quien lo llevó a muchas corralejas del departamento.


EL PLUMA EN EL AIRE: Fue un toro de la ganadería "Cielo Azul", propiedad de don Nando Otero; criollo, de cuernos bien formados y con una pelambre del color de la melcocha. Su nombre se debe a la facilidad con que levantaba a sus víctimas al aire aprovechando su cornamenta bien formada.

El hecho más destacado de este toro lo realizó una tarde de febrero en la corraleja de Cereté. Donde logró coger a un hombre imprudente y lo levantó a lo alto, le esperó con los pitones levantados, sin dejarle caer al suelo. El hecho se repitió por tres veces seguidas. Al parecer la víctima pudo haberle causado su muerte la caída de cabeza que tuvo ya que las cornadas no hubiesen sido suficientes para acabar con su vida.


EL POLLERA AZUL: Toro de la ganadería de don Nando Otero. Poseía un hermoso color negro azabache, adornado con pequeñas manchas blancas. De raza criolla como "El pluma en el Aire". Tenía una cornamenta perfecta y temible, con la que logró dar muerte a una veintena de hombres y desfondar a muchos caballos.


EL CAJA NEGRA: Era de propiedad del ganadero José Banda López; durante el proceso de lidia fue su amo, quien lo llevó a muchas plazas. Don José se lo compró a Lino Mestra, dueño de la hacienda "Los Pepinos", localizada en el municipio de Puerto Escondido. Un hecho digno de mencionar fue el que cometió con el mantero Bienvenido Treco en una fiesta en Arache a quien hirió en el escroto, circunstancia que hizo que uno de los testículos colgara fuera, pero intervenido quirúrgica y oportunamente el incidente no tuvo consecuencias lamentables.


EL CAMARRENGA: Este toro criollo, hosco y bragado; tomó su nombre de la ganadería donde era oriundo hacienda "Camarrenga". De propiedad del ya fallecido, doctor Eugenio Giraldo R..

Este toro integra la cuarteta de toros más asesinos que se han presentado en las corralejas del departamento. Estos toros son: "El Chivo Mono", "El Barraquete", "El Tapa E’Tusa" y "El Camarrenga".

Han existido muchos otros toros famosos, pero que es casi imposible relacionarlos en detalles. Sin embargo, los que más relucen son: "El Lechuza", negro azabache, de raza criolla y de propiedad de don Clímaco Espinosa. "El Viruta", de propiedad de Nando Otero. "Nacho Vive", de la hacienda El caucho, propiedad de Vitaliano Cárdenas. Toro de color azorrado. Una tarde de un Diciembre, en la corraleja de Sahagún, hirió de gravedad a Catalino Pérez; el popular "loco Catalino". Tenía este astado una particularidad especial, no permitía el acercamiento de personas extrañas. Su amo lo llevó a muchas plazas entre ellas las de Sincelejo, Sampués, Colomboy, etc.


4. OTROS TOROS CELEBRES DE LA REGION:

Entre éstos toros se encuentran: "El Murciélago", "El Cara E’Rula", "El Bollo Maduro", estos toros eran de la ganadería Durán. "El Higal" y "El Machín", de la ganadería Padilla y Wilches. "El Berrendo", "El Balón", "El Mico", "El Plaza Limpia", y "El Tres Pies"; éste último es de propiedad de don José María Hoyos Vergara.


5. GARROCHEROS FAMOSOS

Las fiestas de toros no podían ser fiestas sino hay participación de las personas que hacen el espectáculo, dentro de esas personas, tenemos a los manteros, a los banderilleros, a los garrocheros, amarradores, que son los encargados de deleitar al público, junto con los animales bravos o toros a los cuales hay que lidiar en la plaza. Augusto Amador dice que éstos o éstas personas suelen castigar al animal aplicándole la lima en la paleta, en el sector del costillar; en otro sitio puede dañar al toro, cosa que rechazan los entendidos. Además, el garrochero debe disponer de buen pulso; el clavo aplicado en la paleta, sostenido con fuerza evita que el toro se dé vuelta y pueda embestir a la cabalgadura. La suerte de garrocha beneficia al animal, ya que el toro derrama la sangre y esto le evita los calambres, y como es natural, lo enfurece para que siga haciendo un buen espectáculo.

Estos garrocheros famosos fueron tomados del libro Cultura del Porro, entre los cuales tenemos los siguientes con su respectiva procedencia:

Felipe "fiestas" Pérez, de Sincelejo. Gregorio Coronado, Rafael Coronado "los hermanos Coronado". Rafael López, Armando Alvarez, el Dani Alvarez, de Planeta Rica y de Buenavista (Córdoba). Rafael Peñates de Sampués(Sucre); Germán Quintero, Jairo Pérez Díaz y Goyo Vázquez, de Caimito. Se reconoce la labor de luís Felipe Pérez, el hombre que enseño el arte de garrochar en le Sabana. Antonio Bula, Polo Vergara, de Sahagún. José Miguel Arciria (padre e hijo), de belén San Pelayo. Fidel España, de carrillo. El Cojo Salcedo, Vidal Bedoya, y Onofre Batista, de planeta Rica. Francisco Cano, también de planeta rica. Diego Argel, de Rabo largo(Cereté). Lácidez Márquez "El ratón"; José Salcedo Baldovino y José Manuel Cuadrado. Los Hermanos Jaraba: Roberto "El lápiz" Jaraba, Ramón, Napoleón, Arturo, y Fabio Jaraba, y Miguel Cabarcas de Rabón(San Marcos). Daniel rivera, de Tofeme(Caimito); Libardo Pérez, Emil Montes y Libardo Zambrano, de Corozal (Sucre); José Gaibao, Toño Alvarez, y Los Mellos Gaibao, de San Marcos. Rafael Peñates y Polo Vergara; Víctor Rafael Viloria y Liborio Alemán, de las flores (San Marcos). John Garay, de Ayapel; Dionisio Gil y César Hernández, de Sucre; José Julio Magallanes "Cuarto Bate ", de San Onofre.

En las Zonas de las Sabanas, había un Señor que tenia una yegua estrasijada, pero alentada para la plaza. Le decían " El Mono Justo". Se pasaba toda la tarde, durante la temporada, montado en su yegua; Ésta Parecía no sentir el peso, siempre se mantenía briosa. Salía a las plazas de: San Marcos, Planeta Rica y Sahagún.


6. BANDERILLAS

Son dos palos de unos ochenta centímetros de largo, adornados con papel de color; terminan en unos pinchos con lengüetas, para que una vez colocadas en el animal no se caigan. Consiste en colocárselas de par en el morrillo, sector de las agujas, como un castigo para que el astado exprese toda su agresividad. Las hay largas y cortas, y se colocan de pies, sentado, dentro de una carretilla, un tanque o desde un caballo. A esta ultima modalidad se le llama "Rejoneo Criollo". A la banderilla pequeña también se le llama "roseta".


7. BANDERILLEROS DE CÓRDOBA Y SUCRE

Estos banderilleros fueron tomados del libro Cultura del porro, el cual toma los nombres y apellidos y su respectiva procedencia. Entre estos tenemos:

Francisco Martínez, de las Lamas (Montería); Eladio Monterroza, de sacana Córdoba; Adalberto Arroyo "El Binde ", de Uré(Montelíbano); el Mello Flórez, de Santana (Magdalena); Libardo Castillo, también de Santana; banderillaba sentado en un taburete. Eliécer Molina de los Cayos. El Mocho Acuña , padre del muletero Eduardo Acuña, de Sincé. Juan Paternina Castro "El Barrejobo", y Carlos Acosta Villadiego de Sincé. Teodomiro leguía "El Doroteo", de Majagual(Sucre); José Jaramillo "Gallito Abaleao"; Argemiro Salcedo"Pambele", de Sincelejo. Rodrigo Ortega "Mala Hora", de Punta de Yánez; Eduardo Suárez "El Indio Zamarro", de Ciénaga de Oro; Benilda Guerrero, de la Mojana. Coloca las banderillas sentada en una carretilla. Carmen Mendoza "La Mendozina", de Sahagún; Yadira Galván "La Negra"

De San Sebastián ( Magdalena) y Mayola Villadiego; Richard Arrieta Arrieta "el Rezandero", Y Oscar Meléndez, de Cereté. Manuel Peñate "Ahoga Pollo", de las Flórez ( San Marcos). Carlos Ibañez "Carlos Parches", de la Culebra ( Lorica); David Cabarcas, de Bonga Mellas (San Pelayo). Jaime Morales " El Agujo", de Maracayo ( Montería); Jairo Manuel Ladeus " Maravilla", de San Antero. Luis " Muelón" Quintero, de la Mojana; Alvaro Yaspe, San Jacinto; Germán Guzmán " El Palomero", de las Palomas.

8. LA DINASTÍA DE LOS FAMOSOS MANTEROS HERMANOS MADERA

La historia de la familia Madera y de los demás manteros reconocidos está escrita en el libro Historia de las corralejas de Juan Santana Vega. La familia Madera está conformada por manteros consumados; los cuales han llenado de gloria muchas páginas de la historia de las fiestas en corralejas. Son ellos: Fidel; "El Ñato" y José; "Maderita" (hermanos), William y José Fidel; hijos de "El Nato" y quienes les han seguido los pasos al padre y al tío, en esto de la tauromaquia. Su verdadero apellido es Baldobino, pero se les conoce y se han hecho célebres con el de Madera.

Fidel, el mayor de ellos, nació en San Benito Abad, municipio de Sucre, histórico por su milagroso santuario; de allí se vino siendo muy niño para establecerse en Montería donde aún sigue viviendo. Es un hombre de estatura un poco pequeña y dueño de unas piernas ligeramente curvadas hacia fuera lo que no es óbice para que sea el mejor banderillero en su estilo si exceptuamos a su hermano José. Sus estilos son distintos. Fidel coloca las puyas, más que todo, sentado. Es una forma llena de mucho peligro porque existen las posibilidades siguientes: que el toro logre su objetivo dando la cornada, o bien sea que le malogre con las pesuñas, como ha ocurrido muchas veces.

Es posible que se deba a esta modalidad de banderillar el que Fidel Madera, hoy tenga una horripilante colección de cuarenta y cuatro cicatrices, dejadas por igual número de cornadas y pistones. Muchos pensaran que es imposible que un hombre reciba tanto castigo en su vida, más cuando ese castigo viene de un oficio tan peligroso como es el del toreo. Todavía su hermano es más rico en costurones, comenta el mismo Fidel. Todo su cuerpo, incluyendo la cara y los brazos, están llenos de señales que les han dejado los toros como amargos recuerdos.

La cornada que más recuerda fue la que sufrió un día del año 1.956, en una fiesta de toros en Tres Palmas, un pueblo que queda Sinú arriba. Se la propinó el toro "El hombre Libre" de la hacienda El Coquito, propiedad de don Vinicio Cordero, el dueño del famoso Chivo Mono.

El toro le encontró cuando se disponía a banderillarlo sentado; aquel toro colérico, criollo y de color bayo, le metió el cuerno por la boca y le partió el maxilar superior

Según él ha sido la cornada más fuerte que ha recibido de estos animales; pero no les guarda rencor. Tan grave fue la cornada aquella que, el mantero, estuvo debatiéndose entre la vida y la muerte durante varios días, pero debido a su recia contextura y a su apego a la vida, logró superar aquel accidente. Sin embargo, los estragos que sufrió su paladar de dejaron hablando en una forma gangosa, de allí que se conozca con el remoquete cariñoso de "El Ñato Madera". Aquella cornada le quedó tan mal cicatrizada que hoy, después de veintinueve años, su ojo derecho luce como lucía el del diestro Francisco Gómez " Aldeano", quien sufriera un percance similar y su ojo le sanó tan mal que mantenía una lágrima descendiéndole por la nariz.

Otro accidente grave que tuvo lo sufrió en una fiesta en El Caramelo,

Con el toro "El Monstruo de la Laguna", (un nombre como de película de terror y demasiado largo para un toro). Era un toro demasiado bravío, de raza criolla y procedente de las propiedades de don Callista Fuentes. La cornada esta vez que en la región de los genitales los que alcanzaron a salir a través de la herida que había dejado el cuerno. La intervención oportuna por parte de unos médicos de Tierralta, evitaron que en lo sucesivo, al gran banderillero se le cambiara el apodo que se había ganado con el toro "El Hombre Libre", por otro más gracioso.

José Madera ("Maderita"), tiene una estampa de verdadero matador; cuerpo estilizado, espigado, sin barriga y mucho valor. Vistiendo traje de luces, como creo que lo hizo algunas veces, y bien podría confundírsele con un gran torero de cartel. Lástima que no haya seguido los consejos de quienes querían llevarle a España para hacer de él un gran torero.

En una fiesta de Planeta Rica un toro le cogió cuando ejecutaba la suerte de banderrilla. Todos pensaron que el animal le había matado cuando le vieron tendido en el centro de la plaza, pero no fue así, todo se redujo a un simple incidente que no pasó a mayores.

En la parte de la lidia donde más actúa y en donde mejor se desempeña es en la colocar banderrillas, y para ejecutar este acto lo adorna con cierta gracia y aire de majestuosidad que no la tienen quizás otros banderilleros en las plazas.

En las plazas jamás se le anotado un ataque de miedo ni siquiera un ligero nerviosismo, aunque le han cogido muchos toros. Entre las cornadas que ha sufrido está la que recibió en una fiesta de Arboletes, dada por la vaca "Hiladillo" de propiedad de don Juan Martínez.

"Maderita nació en Lorica, pero al igual que su hermano, se vino a vivir a Montería.

Tanto el uno como el otro se criaron en las haciendas de don Francisco "Pacho" Vega, más no se hicieron manteros en ellas. Fidel comenta que cuando salieron de aquellas propiedades fue que les empezó a nacer el interés por la fiesta brava y desde entonces empezaron a vagar por toda la Costa en busca de las corralejas que se realizan cada año.


CATALINO PÉREZ: No era un mantero en el sentido estricto de la palabra, pero se sabía defender de los ataques de los toros con graciosas bufonadas las que le grajearon el apodo cariñoso "El loco Catalino".

Era un hombre que iba a las fiestas por el solo placer de retozar con los toros sin saber, ni siquiera, presentir que algún día cualquiera éstos acabarían con sus locuras. También atendía el llamado de los dueños de los encierros que le hacían para que les preparara las viandas cerriles que sólo él sabía hacer y con las que los hacendados festejaban, por anticipado, las muertes que sus astados iban a causar en la corraleja.

En Colomboy sufrió un percance con un toro de Vitaliano Cárdenas. En esta ocasión se le dio por muerto, pero no pasó nada grave y lo que pasó fue un severo golpe, pero no una cornada como se había pensado. A los pocos días salió del hospital de Sahagún completamente recuperado y dispuesto a seguir jugando con los toros. Lo que no ocurrió en Colomboy debería ocurrir años más tarde en la ciudad de Sahagún..


9. PUEBLOS DE CÓRDOBA FAMOSOS POR SUS CORRALEJAS

En el Departamento de Córdoba, muchos pueblos se hicieron famosos o célebres con sus fiestas en corralejas, entre los cuales se destacan la capital del Departamento, Montería, celebradas el 20 de enero y el 30 de septiembre. El 20 de enero en Montería y Sincelejo eran dos fiestas de mucha trayectoria a nivel regional, departamental y Nacional.

En los demás corregimientos, pueblos o municipios como Ciénaga de Oro, que celebraban los Santos Reyes, el 6 de enero; En los municipios de Tierra Alta (alto Sinú), Palo de Agua en el bajo Sinú; En el municipio de Ayapel para el mes de septiembre u octubre, se celebran con la fiesta de San Jerónimo Bendito. En el municipio de Chinú con las fiestas de San Rafael.. Otros pueblos famosos por sus toros buenos, son: en el municipio de Cereté,

Aunque las primeras fiestas de toros en corralejas en el Medio Sinú se celebraron en la Hacienda Berástegui, en la primera mitad del siglo XIX, organizadas por el cura criollo José María Berástegui, en Cereté se empezaron a realizar, al parecer, en los últimos años del mismo siglo. Por ejemplo, el ganadero Estanislao Padilla, de quien dicen los más viejos que sacaba ganado de los hormigones de su propiedad, en el año l990, se daba el lujo de ofrecer tres días de toros de sus dehesas, con la particularidad de que cada día los toros eran de un solo color y limpiamente criollos.

La corraleja no contaba con palcos, era un redondel de maderos verticales y varetones horizontales amarrados con el mejor espécimen del bejuco forestal, y la organizaban en la misma plaza central de Cereté, hasta cuando la trasladaron a la plaza de Santa Clara, hoy el Parque Recreativo, celebrando el 2 de Febrero la fiesta de la Candelaria, e igual que en los municipios de Planeta Rica y Pueblo Nuevo. Cotorra celebrando el sábado de Gloria;. En el municipio de Colomboy en la cabecera municipal de Sahagún ,celebrando las fiestas de "la Concepción" En los municipios de Las Palomas, Guasimal y San Pelayo. ; El municipio de Chimá, y los municipios de Arache, Corazalito, Punta de Yánez, Bijagual y Valencia; También se celebran fiestas en corralejas en los municipios de Maracayo, Tres Palmas, Tres Piedras, San Anterito;En el municipio llamado Santa Rosa de Lima(Chinú), donde llevan cuatro bandas folclóricas y otros conjuntos de pitos y acordeones.

En Bolívar y Sucre existen pueblos buenos en las fiestas de toros. En el municipio de San Marcos,el pueblo de Rabón, Las Flores, el municipio de La Cuenca, y La Sierpe; en los municipios de Sincelejo y Corozal hay una cantidad de corregimientos ricos en fiestas de corralejas.


10. LA TRAGEDIA DE SINCELEJO

No podíamos dejar de lado una de las tragedias más significativas dentro de la historia de nuestras corralejas, que deja mucho que pensar en realidad, porqué a pesar de que esto ocurrió, las personas sigan asistiendo a éstas fiestas patronales, aunque en Sincelejo no querían saber más de fiestas en corralejas por el hecho, pero al pasar unos años algunos claman que se vuelvan a realizar las fiestas del 20 de Enero. Juan Santana Vega en su libro toma a Sincelejo como una ciudad que a pesar de haber adquirido la categoría de capital del departamento, se había quedado con la costumbre de seguir festejando las fiestas en corralejas. Así conservaba y era fiel a una larga tradición taurina nacida hacía más de 150 años.

Uno de los aspectos más importantes para que las fiestas de toros en Sincelejo fueran una de las más importantes del Departamento de Sucre, era la bravura de los toros que dio motivo para que los ganaderos famosos de la región de Sucre (Los Tulena, los Perna, los Cumplido, los Guerra, etc.), para que surgiera una especie de rivalidad en el sentido que cada uno se preocupara por llevar los mejores toros a las plazas.

El 20 de Enero de 1980 ocurrió la tragedia de la cual aún muchas personas no han podido olvidar, ya que muchos perdieron sus seres queridos y amados en medio de los palcos que se vinieron abajo, trayendo en su caída, y sepultando entre toneladas de madera y escombros cientos de personas entre las que contamos hombres, mujeres y niños. Todo esto se debió al sobrecupo que existía esa tarde el cual debilitó los palcos y una razón poderosa para que las personas ese día se acoplaran entre los palcos era que los amantes a los toros de los demás departamentos como el de Córdoba se fueran a gozar de las fiestas de Sincelejo y por ende lo sucedido.


11. EL FANDANGO PATRONAL

Una vez pasada esta historia triste de la tragedia de Sincelejo nos vamos a referir a uno de los actos más representativos de nuestra región, como lo es el del popular fandango que no es más que una convocatoria popular a bailar en la Plaza pública. Hace parte del programa de las fiestas de corralejas en una población, pero puede ir sin corralejas y se convierte en la celebración central de la fiesta. Este es el caso de los fandangos patronales, a las que muchas personas amantes al baile le toman gran cariño y salen a bailar con su pareja, y si no la tienen, entonces la buscan en la plaza.

Fiesta de corraleja que se respete siempre al finalizar sus corridas, se prende el fandango, el cual al lado de las tardes de toros, se festejan las corralejas.


¿EN QUÉ CONSISTE EL FANDANGO?

Esta información la sacamos del libro Cultura del Porro del autor Augusto Amador Soto y que manifiesta que en la plaza de la fiesta a realizarse el baile se colocan unos banquillos, o se construye una pequeña plataforma o tarima de madera, en el centro. Los músicos suben y empiezan a tocar desde las 9 de la noche. Las parejas bailan al rededor de la banda formando círculos inmensos; se alumbran con paquetes de velas que lleva en la mano derecha, y en alto. Ese baile es suelto y girando siempre en forma inversa a las manecillas del reloj.

La pareja da la vuelta cada tres metros, el hombre rodeando a la mujer y la mujer sobre si misma, siempre en ademan de coqueteo elegante y conquista respetuosa. Estos fandangos por tradición y por conveniencia son amenizados por las bandas folclóricas de la región.


¿CÓMO SE DESARROLLA EL FANDANGO?

La versión de cómo se desarrolla el popular baile de nuestra región la retomamos del libro cultura del porro, donde también habla de las clases de fandangos que existen. La tradición es que por la tarde, a partir de las 2:30 p.m. se juegan los toros, hasta las 6:00. En ese lapso se pueden lidiar unos 35 toros, pero el ganadero lleva 40; si salen buenos la tarde se vine arriba, y las faenas pueden irse hasta las 6:30 o 7 de la noche. Una vez corrido el último toro la plaza queda despejada, esperando la noche para bailar fandango.

El tiempo que hay entre el final de las corralejas y el comienzo de los fandangos, es ideal para hablar con los amigos, con la novia, con los que entabló amistad durante su estancia en las corralejas, o si por el contrario tiene familiares en la población se retiran a la(s) casa(s) de los familiares a esperar el popular fandango.

Una vez comenzado el fandango, la conquista amorosa empieza cuando el hombre se encuentra en la plaza y convida a bailar a la mujer; la mamá que lleva a su(s) hija(s), la abuela que cuida a su(s) nieta(s), son recelosas, pero siempre hay uno que les cae bien y le dejan bailar con el hombre. A cambio éste hombre se comporta muy bien con la acompañante y por supuesto con la pareja.

La mujer siempre baila a la defensiva, pero llamando la atención, mostrándose. Se muestra altanera y pechichona; con los brazos en alto hace que los senos impresionen puntiagudos y desafiantes. El hombre se lanza a la conquista y ella lo zarandea, manteniéndolo interesado y ansioso.

El hombre por su parte tiene que ser constante, persistente. Debe ser hazañoso, agradable y hasta embustero, tratando de llenar los puntos débiles que le va dejando su pareja.

Para este baile se debe tener un buen movimiento de cintura. Se habla que hay bailadores que practican con un mes de anticipación, frotándose manteca de caimán. Además se debe usar una buena vestimenta para tratar de conquistar a la pareja. Las mujeres usaban sus babuchas suaves, o las chancletas domingueras.

 

En el fandango se bailaban todos los ritmos, especialmente el "porro" en todas sus modalidades; el fandango, el mapalé, la cumbia y la puya.


CLASES DE FANDANGOS

Se le llama fandango CERRAO aquel que es contratado por la Junta de fiestas; la banda toca seguido hasta las cuatro de la madrugada. De ahí en adelante puede seguir mediante el pago de nuevas "horas de toque".

Fandango ABIERTO, cuando hay que mandar. Espontáneos mandan una, dos o tres horas, o se recoge entre los bailadores de a "ponina" para seguir mandando. Se da poco en fiestas patronales.

Fandango PASIAO es un baile en movimiento, con desplazamiento, especial para abrir un evento, o para acompañar un desfile. Las ferias, los reinados, los grandes certámenes se abren con un Fandango Pasiao en el que participan varias bandas, conjuntos de pitos, comparsas, candidatas, carrozas.

Fandango FOGONIAO, de Fogón. Se da en el Bajo Sinú, especialmente en El Carito, un corregimiento de Lorica, margen derecha de la carretera que de Montería conduce a Coveñas. Hace parte de la programación del Festival de la Chicha.

Consiste en colocar tres conjuntos de pitos en tres sitios estratégicos de la plaza, semejando los tres bindes de un fogón. El pueblo baila alrededor de cada conjunto, con espermas haciendo inmensas ruedas de fandango.

Fandango RITMO, un aire ligero, marcado a compás de 6 por 8, parecido al Pasaje Llanero y al Mapalé Negroide.

En Montería eran famosos los Fandangos de la Plaza del Barrio Colón, organizados por los Martínez y los Villalbas. En el barrio Juan XXIII, al otro lado del Río, organizados por Miguel González Méndez, los del corregimiento del Sabanal, organizados por Gabriel Antonio Sánchez Páez, y los de Mateo Gómez; Montería y pueblos circunvecinos se desplazaban para disfrutar de la alegría natural de esos eventos populares.

Toda esta información pasada la tomamos del libro más recomendado para este aspecto de los fandangos y es el libro La Cultura del Porro.


III. CONCLUSIÓN

Hemos terminado nuestro trabajo con una gran satisfacción al recordar nuestro pasado, vividos por nuestras generaciones pasadas, ya que ellos fueron los espectadores de una de las fiestas patronales más representativas a nivel departamental, regional, y Nacional.

Uno de los objetivos que nos colocamos era el de dar el mejor reporte posible de las fiestas en corralejas, ya que nosotros estamos empeñados en conocer un poco de aquellas fiestas que hacen célebres las poblaciones donde se realizan. Para ello tuvimos que consultar en libros, preguntar a las personas que vivieron esa época donde las fiestas eran la mayor atracción para grandes y chicos.


IV. BIBLIOGRAFÍA

Este trabajo lo realizamos con mucho empeño, ya que tuvimos que indagar y consultar por nuestros propios medios, las informaciones más pertinentes a las fiestas de corralejas en el Departamento de Córdoba.

Para ello tuvimos que valernos de los libros, de las personas que vivieron esa época en que las fiestas de corralejas en Montería, eran la mayor atracción para la época de fiestas patronales o las del 20 de Enero.

Gracias a los libros que escribieron los señores Augusto Amador Soto, autor del libro Cultura del Porro, el cual no sólamente habla del porro, sino, que toma un pequeño esbozo de las corralejas, y de todo lo que esas fiestas patronales significan para cada habitante de la región. El otro autor fue el Señor Juan Santana Vega, el cual toma en su libro toda la historia de las corralejas, de allí que se tome ese nombre. El libro es muy interesante, ya que se remonta desde las primeras formas de corralejas que hubo, hasta las últimas fechas en que se imprimió el libro, ya que el mismo autor dijo en su libro que aún le hacían muchas cosas por decir.

Para Nosotros leernos estos dos libros fue algo muy productivo, ya que volvimos a tomar nuestro pasado y reconciliarnos con nuestra generación pasada y que todavía sigue vigente. También agradecemos a las personas que nos colaboraron en este trabajo, ya que sin ellas tampoco hubiéramos podido lograr nuestro objetivo.

Este no es un estudio exhaustivo, sino tan solo los apuntes de un breve recorrido por los recuerdos de una época, que por fortuna aún se mantienen vivos.

 

 
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