Antiguo Teatro Montería, en la esquina de la calle 29 con carrera cuarta, el más famoso y recordado de los cines en la época de la "Ciudad de las Golondrinas". Inicialmente fue bautizado como Teatro Roxy. Foto de 1953.
A pesar de ser una población pequeña, Montería contaba con varias salas de cine, hoy desaparecidas. Veamos la relación de ellos:
- Teatro Montería, en la calle 29 con carrera 4a., llamado originalmente Teatro Roxy. [1913]
- Teatro Variedades, en la Avenida 1a. entre calles 33 y 34. [1914]
- Teatro Nariño, en la esquina de la carrera 4a. con la calle 39. [1955]
- Teatro Avenida, en la carrera 1B entre calles 39 y 40. [1958]
- Teatro Colombia, en la Avenida 1a. entre calles 32 y 33. [1959]
- Teatro El Faro, en la calle 28 entre carreras 9a. y 10a. [1960]
- Teatro Betancí, en la calle 22 del barrio La Julia. [1965]
- Teatro Libia, en la calle 29 entre carreras 8a. y 9a. [1967]
- Teatro Córdoba, en el barrio de La Granja. [1968]
Teatro Montería, en la calle 29 con carrera 4a. esquina. Al fondo se observa el telón de cemento.
De acuerdo con la Guía Ilustrada del Sinú de 1916, editada por Ayres Nascimento, el Teatro Montería fue terminado de construir a finales de 1913 e inaugurado en enero de 1914 por los señores Henrique Gómez Pérez y Miguel H. Gómez Lavalle. En algunas publicaciones aparece que lo fundaron con el nombre de Teatro Roxy, y que por ello tiene el dudoso honor de haberle dado su apelativo a "Caga Roxy", uno de los locos más célebres de Montería. Después cambió su nombre al de Teatro Montería, el cual conservó hasta el final de sus días.
Allí se presentó la primera película del cine mudo, titulada "La Resurrección de Lázaro". En él también se presentaron en los años 40s famosas figuras del canto, entre las que se destaca Don Pedro Vargas, el gran tenor mexicano que hizo célebre la expresión: " Muy agradecido, muy agradecido, muy agradecido".
Su amplia estructura de madera estaba dividida en el primer piso en luneta, con 26 asientos, y galería, con 600 puestos. Además en el segundo piso contaba con 29 palcos, que en sus primeros días estaban dotados con seis sillas vienesas cada uno. Cuando se presentaban espectáculos líricos y dramáticos, estos palcos eran adornados con flores. Pero el lugar más recordado es el "gallinero" en el tercer piso, tanto por las parejas que buscaban la complicidad de sus recovecos, como de los "graciosos" que allí se ocultaban para lanzar una que otra obscenidad.
Teatro Variedades, en la Avenida 1a. entre calles 33 y 34. El local funciona como depósito de ferretería.
Fue fundado en el año 1914 por el empresario cartagenero Raúl Piñeres con el nombre de Circo Teatro de Montería. Después cambio el nombre a Circo Teatro Variedades. En estos primeros tiempos se presentaban corridas de toros y peleas entre perros adiestrados. Incluso se recuerda que se presentó la lucha entre un toro criollo y un jaguar.
Las películas que se presentaban era del cine mudo. Para el año 1933 se proyectó la primera cinta sonorizada, en que la proyección era sincronizada con el audio de los discos. Antes de esto, se acostumbraba que las orquestas tocaran unas partituras seleccionadas, mientras se veía la película. Algunos teatros preparaban unos libretos, que eran leídos para orientar a los espectadores sobre la trama que se presentaba en el telón.
El 24 de agosto de 1940 el sueste de San Bartolo derribó la estructura de los techos, y partir de esa fecha fue restaurado con el nombre de Teatro Variedades. Esta fue la época del cine sonoro, especialmente de las producciones mexicanas. Además, en las fiestas populares de 20 de enero y 11 de noviembre se utilzaba como salón de bailes.
Teatro Naín, en la calle 29 con carreras 1a. y 2a. Funcionó como Terminal de Transporte hasta hace unos años.
Nació en el año 1959 y era propiedad del doctor Abraham Pupo Villa, dueño también de Radio Cordobesa. Fue administrado por Ricardo Marrugo, mejor conocido por su diminutivo "Ricardito", quien alternó este oficio con el de corresponsal deportivo del diario capitalino El Espectador.
Allí se presentaron igualmente artistas de talla, como el doctor Alfonso Ortiz Tirado, conocido mejor como "El Tenor de la Voz de Seda", la declamadora argentina Bertha Singerman, y José Mojica, el cantante y actor mexicano convertido a fraile franciscano.
Teatro Nariño, en la carrera 4a. con la calle 39 esquina. En ese mismo edificio se inauguró Emisoras Sinú.
Fue fundado por don Rafael "El Chón" Milanés en 1955. El edificio de tres plantas que lo albergaba, también dio nacimiento a Emisoras Sinú la primera estación radial de Córdoba inaugurada el 18 de junio del mismo año.
El Teatro Nariño igualmente fue utilizado para la presentación de otro de tipo de espectáculos, como las peleas de gallos y de boxeo.
Teatro Avenida, en la carrera 1B entre calles 39 y 40. Dentro del taller se observa el telón de cemento.
Su inauguración se programó para las fiestas patrias del 20 de julio de 1958. La película proyectada esa noche fue "El Niño y el Toro".
Fue otra de la inversiones del doctor Abraham Pupo Villa, propietario también del Teatro Naín y Radio Cordobesa.
Teatro Colombia, n la Avenida 1a. entre calles 32 y 33. Detrás de la puerta abierta hay un parqueadero con el telón.
Fue construido a finales de la década de los 50s, por el inversionista Nicoláas Palacio. Era el tercero de los teatros ubicados en la Avenida Primera de Montería.
Nació en los tiempos de transicón de las películas mexicanas habladas a las producciones norteamericanas con subtítulos, que las gentes aprendiern a aceptar.
Hizo pareja con el Teatro Variedades para convertirse en uno de los más animados salones de baile de la ciudad.
Teatro Betancí, en la calle 22 del barrio La Julia. Al fondo se observa la pared que servía de telón.
Fue una sala de cine pequeña, que por su ubicación tuvo su mayor clientela entre los niños y jóvenes de los mediados de los años 60s. Los adultos de la época poco se recuerdan de este típico cine de barrio.
Teatro El Faro, en la calle 28 con carreras 9 y 10. En la esquina quedaba el Club de Billar El Faro, y el cine en la pared blanca del lado derecho.
Hay que anotar una pequeñísima sala llamada Teatro El Faro que funcionó en los años 60s, casi que a escondidas, en la calle 28 entre carreras 9 y 10. Quedaba al lado del Club de Billar El Faro, ubicado en la esquina de la carrera 9a. con calle 28, y eran propiedad ambos de Carlos Puche. Era otro cine de barrio.
Teatro Libia en la calle 29 con carreras 8a. y 9a. Actualmente se remodela para locales comerciales.
Su inauguración fue el gran acontecimiento cinematográfico de Montería. En 1967 abrió sus puertas la primera sala cubierta de cine, con capacidad para 1.020 perosnas, que tuvo gran éxito, primero por la serie de películas de Cantinflas -la primera proyección fue "Su Excelencia"-, y segundo por la exhibición de los primeros clásicos de Hollywood, como "Tiburón", "Cleopatra" y "El Graduado", entre otros.
Desafortunadamente le llegó su momento de crisis a finales de los 80s, y a pesar de recurrir a la innoble estrategia de proyectar cine rojo en sus últimos días, tuvo que cerrar sus puertas después de tantos momentos gloriosos.
Sus dueños fueron el inversionista local Nicolás Palacio Mejía y Luis Botero, socio de Cine Colombia.
Teatro Córdoba, en el Barrio de La Granja. En su interior viven algunas familias.
La aceptación del Teatro Libia animó la construcción de otro teatro cerrado, pero esta vez en el populoso barrio La Granja. Sin embargo, se excedieron en las expectativas y el público de La Granja no fue suficiente para satisfacer la taquilla. Además, los habitantes de otros sectores de la ciudad no se dedicidieron a concurrir al espacioso y cómodo Teatro Córdoba.
Notas Finales
Paradójicamente, el entusiasmo que se vivió con los teatros Libia y Córdoba, no fue sino el preludio del fin de las salas de cine en Montería.
Algunos dicen que fue por la llegada de la televisión y la masificación de las películas en Betamax, pero la verdad es que nadie se explica porqué los teatros fueron desapareciendo uno tras otro, como caen las fichas del dominó.
Entre las décadas de los años 70s y 80s, desaparecieron todos los teatros mencionados arriba.
¡Quien lo creyera!. Llegó el momento en que la ciudad que tuvo 9 salas de cine no tenía una para ver una película. Le tocó pasar una larga temporada sin poder asistir a su espectáculo favorito.
Pero el asuntó no paró allí. En la década de los 90s irrumpieron en el verano cinematográfico de Montería los teatros Sinú [1994] y Cinema La Castellana [1997], que no alcanzaron a ver las luces del nuevo siglo.
Desde el 2005, Montería sólo cuenta con las salas de Cine Colombia, en el Centro Comercial Alamedas del Sinú.
Este no es un estudio exhaustivo, sino tan solo los apuntes de un breve recorrido por los recuerdos de una época, que por fortuna aún se mantienen vivos. |